4/8/19

Grandes pleitos de la torería: Machaquito y los miuras

Machaquito: Su última presentación fue en Madrid, cuando le dio la Alternativa a Juan Belmonte en 1913. Foto: blog Toros y Toreros


** También en esta entrega: La Giraldilla y el toro probón

Columna: RETAZOS TAURINOS (LXI)

por: Eduardo Soto Alvarez.


• El tercero de los cinco Califas del Toreo y el último de los Rafaeles, fue Machaquito, Rafael González Madrid, bajo de estatura e insigne estoqueador, fue un diestro valiente y dominador de todos los tercios de la lidia.

Nació en 1880 y su primer triunfo lo obtuvo a los quince años en Palma del Río (donde casi medio siglo después nacería el último Califa), a los veinte tomó su Alternativa en la Capital de manos de Bombita, frente a un Veragua, llamado por cierto Costillares.

También en Madrid, en 1907, le hizo buena faena al Miura Barbero y la coronó con el espadazo, que Benlliure inmortalizó en su escultura La Estocada de la Tarde.

Machaquito estuvo envuelto en dos de los grandes pleitos de la torería. El de las Sustituciones, que permitía a las figuras ocupar el puesto que quisiera en corridas extraordinarias (fuera de abono) o enviar un sustituto, pero cobrando completo los honorarios. El segundo lío fue el de los Miuras, en el cual participó junto con su padrino, pues así como el ganadero cobraba más por sus encierros, los toreros querían cobrar más por lidiarlos, al tener presente el nutrido historial de percances mortales de los de Zahariche.

Pero esta actitud no puede interpretarse como falta de coraje, pues todavía hoy se recuerda su presencia de ánimo cuando en Murcia, en un mano a mano en 1910, su compañero de cartel, José Gallego y Mateo, Pepete, sufrió grave cornada en su primero y murió en la Enfermería de la Plaza, el público se conmocionó, hubo pánico en los toreros, pero Machaquito sereno, despachó los seis toros de sendas estocadas y un pinchazo.

Su última presentación fue en Madrid, cuando le dio la Alternativa a Juan Belmonte en 1913. La corrida fue un desastre, con bronca en los tendidos que protestaban por el tamaño de los toros, de los cuales desfilaron por el ruedo hasta once ejemplares.

Machaquito, el regresar a su hotel, anunció que se cortaba la coleta, se retiró en su ciudad natal, donde falleció el Día de Todos los Santos de 1955.

• A mucha gente, la suerte de banderillas les luce difícil y riesgosa; ciertamente lo es, como todo lo que se hace frente a un toro bravo, pero hay que tomar en cuenta que se realiza en movimiento y contrasta con la deseable quietud en las suertes de capa y muleta.

Normalmente la efectúan toreros de plata, pero algunas veces el propio matador toma los rehiletes; cuando lo hace, debe estar solo en la arena, en nuestras plazas lo acompaña la música y puede suspender la ejecución del tercio cuando lo juzgue conveniente; pero al cubrirlo subalternos, solo puede ser cambiado por el Presidente, muchas veces a petición del matador en turno, que piensa en su faena de muleta, la cual puede verse afectada, según vaya reaccionando el toro, a medida que los de plata desarrollan el pareo.

En líneas generales, el tercio de banderillas debe ser breve, evitar salir en falso y pasar sin clavar, debe prácticarse entre las raya de picar y los medios, de dentro a fuera envuelve más peligro y mayor mérito por la querencia natural del toro a tablas, en el centro del ruedo el torero quedaría más expuesto si el toro hace hilo, deben alternarse los pitones y su dificultad es creciente, pues los bureles constantemente aprenden.

Los buenos banderilleros encuentran siempre toro, por cualquier pitón y en cualquier terreno. Venezuela tuvo y tiene grandes rehileteros, por ejemplo, José Nelo, Morenito de Maracay, El Rey del Quiebro, ya retirado de los ruedos; y Jesús Enrique Colombo, nuestro joven torero en pleno ascenso, quien ejecuta la suerte con particular garbo y virtuosismo artístico.

• Todos damos por sentado la inclusión de sobreros en los festejo, pero este requerimiento se introdujo por primera vez en el Reglamento sevillano de 1917 y se estrenó en la Corrida de la Cruz Roja, en la que se jugaron toros del Marqués de Saltillo, para Rafael El Gallo, su hermano menor Joselito y Juan Belmonte. Difícilmente se ha podido escoger mejor oportunidad, para la consagración estatutaria del burel de reserva.

• En todas partes los avisos a los toreros tienen el mismo fin, alertarlos sobre el tiempo disponible. Pero en México se tocan cada cinco minutos, a partir del momento en que el matador utiliza la espada por primera vez. Lo cual tiene su lógica, por la importancia creciente de las faenas de muleta, las cuales en la actualidad tienden a ser largas.

• Entre los pases de finales de faena está la Giraldilla, pero quizás es más conocida la variante que inmortalizara El Monstruo, que llamamos Manoletina; este pase es el mismo, pero se agarra con la izquierda la punta de la muleta más próxima al cuerpo; cuando lo que se agarra es la espada (pañosa de por medio) el pase se llama entonces Bernandina, por el Maestro Joaquín Bernardó, quien no la inventó, pero la prodigaba con frecuencia.

• El toro es probón, cuando mueve la cabeza y se adelanta como si fuera a embestir y no lo hace; el revoltoso se devuelve en corto con facilidad y rapidez; y un toro se crece cuando su casta y bravura lo impulsan a embestir con mayor celo cuanto más castigo recibe.

Eduardo Soto Alvarez.

02/08/2019.

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