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por: Víctor Ramírez “Vitico”
La novillada de la feria del Sol en Mérida dejó para el recuerdo pasajes muy interesantes, y un destacado triunfador, el novillero Alejandro Arellano que cortó una importante oreja, que premió no sólo su faena sino lo que apunta el joven torero.
Y ya que estamos con Alejandro Arellano, sigamos con él, que actuó en sexto lugar pero que a la postre cortó la única oreja del festejo, de un encastado novillo de Los Aranguez. El joven diestro tovareño voluntarioso con el capote y las banderillas, se lució en una faena larga, con algunos muletazos buenos de verdad, largos y templados, corriendo la mano con firmeza y trazo. Está muy nuevo y por ello, sufrió algunos achuchones y una fuerte voltereta de un novillo para nada fácil, pero se intuye en el espada un toreo recio y de mano baja. Cobró una estocada perpendicular en dos tiempos que bastó.
Abrió feria el peruano Kuntur Alfaro, con un noble novillo, al que inteligentemente toreó en línea recta, sin molestarlo, para sacarle el mayor provecho. El peruano demostró que tiene tablas y valor, sin llegar del todo al público.
Un buen novillo, bonito y bien hecho saltó en segundo lugar y ante él, Juan Gómez se mostró dubitativo y sin sitio. Una pena que el torero no pudiese estar a la altura de tan noble ejemplar. Voluntad no le faltó a Gómez, pero se embarullado. Algunos pases aislados se rescatan de una labor anodina.
Con arrebato, pellizcos y detalles, José Antonio Salas cuajó una desigual faena a un buen novillo de Los Ramírez, al que toreó muy bien con el capote en arrebujados lances a la verónica. Salas se gustó en muchos pasajes con la muleta, en pases llenos de hondura y clase, sobre todo con la mano derecha, componiendo la figura con esbeltez. Pero a esos fogonazos como un cambio de mano que le salió que ni pintado, se sucedieron ciertas pausas, enganchones y una voltereta que deslucieron la labor, fallando con el acero, su asignatura pendiente. Desde luego puede y debe dar mucho más, porque es un torero con aroma y mensaje.
Francisco Chico Paredes saludó con mucho valor a su novillo a portagayola, pues el astado salió parado y así es muy meritoria esta suerte. Chico le puso al asunto voluntad y ganas, pero poco más. El novillo le hizo hilo, por lo que el joven torero, que le toreó bien en algunos pases sueltos, vio esfumarse otra oportunidad.
Como un volcán en erupción se presentó un arrebatado Alejandro Barragán que estuvo “en novillero”. Acelerado pero con mucho valor y disposición, cautivó al público con su entrega, teniendo que pulir algunos detalles. Verónicas y navarras fueron la presentación del diestro, que clavó pares de banderillas con exposición. En el tercio final, ante un encastado novillo, Barragán toreó con vibración, a la velocidad del rayo pero con una especial conexión con los espectadores a los que emociona, subyuga y convence. Eso sí, en contadas ocasiones ligó los pases con hondura, justo cuando los remató hasta el final y no se fue antes de tiempo. Unos ceñidos pases por alto para rematar de pinchazo y casi entera, le valieron una cálida ovación.
Ficha de la novillada
Plaza de toros de Mérida.
Jueves 23 de febrero.
Novillada de la Feria del Sol. Concurso de ganaderías.
Unas dos mil personas en tarde agradable y fresca.
Novillos de Rancho Grande (primero y segundo), Los Ramírez ( tercero), Los Aranguez ( cuarto y sexto) y San Antonio ( quinto). Desiguales de presentación, destacaron los bravos y nobles segundo y tercero. Encastados y complicados el resto. En conjunto interesantes.
Pesos: 350, 350, 352, 372, 355 y 355 kilos.
Kuntur Alfaro, de nazareno y oro: Palmas.
Juan Gómez, de lila y oro: Silencio.
José Antonio Salas, de negro y pasamanería blanca: Vuelta.
Francisco Chico Paredes, de azul marino y azabache: Silencio.
Alejandro Barragán, de blanco y oro con remates negros: Saludos.
Alejandro Arellano, de blanco y azabache: Oreja.
Destacaron en las cuadrillas Ramón Contreras en varios pares de banderillas, en la brega Gerson Guerrero.
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