Rumores maléficos de que sí viene o no un matador de toros anunciado, que si no han cumplido compromisos laborales con ellos y otros más, que dudan de los encierros en cuánto a edad y peso, que si esto, que si aquello
por: Giovanni Cegarra
De cara a las relevantes Ferias Taurinas Venezolanas de comienzos de año, como lo son, la LIIª Feria Internacional de San Sebastián en pleno desarrollo en San Cristóbal, Estado Táchira y El Carnaval Taurino de América, XLVIIª Feria del Sol, en la primera semana de febrero en Mérida, Estado Mérida, ambas en la región andina, ruedan una serie de rumores que hacen severo daño en la afición taurina, toda vez, que la ponen a dudar en hacer presencia en las mismas.
Rumores maléficos de que sí viene o no un matador de toros anunciado, que si no han cumplido compromisos laborales con ellos y otros más, que dudan de los encierros en cuánto a edad y peso, que si esto, que si aquello y en honor a la verdad, que el daño no solo va contra las Empresas Taurinas sino contra las Ferias en sí, la afición, la economía regional de las ciudades sedes de los ciclos taurinos feriales de San Sebastián y del Sol, en los Estados Táchira y Mérida, respectivamente.
Lo peor es que los rumores maléficos son generados por quienes están inmersos en la Fiesta Brava Venezolana y de remate, son los primeros en hacer presencia en la Feria Sancristobalense y Merideña, arrimarse a las puertas de las Empresas solicitando pase de cortesía o entradas, con su cara bien lavada.
La afición taurina venezolana no debe hacerse eco de estos rumores maléficos y tomar maletas para hacer masiva presencia en la Plaza de Toros de Pueblo Nuevo de San Cristóbal, Estado Táchira, del 27 al 31 de enero, disfrutar de las corridas de toros de La Feria Gigante de América y luego hacerlo en la Plaza de Toros Monumental Román Eduardo Sandia de Mérida, Estado Mérida, del cuatro al nueve de febrero, en El Carnaval Taurino de América en La Cumbre Taurina de América.
Taurinos venezolanos, los rumores maléficos y sus autores, pues nada, pal carajo viejo y olé.
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