por: Jesús Ramírez “El Tato”
Las ferias de San Sebastián en San Cristóbal y El Sol en Mérida, comienzan afortunadamente con novilladas con picadores. Es la oportunidad de demostrar valía, sopesar conocimientos y ratificar deseos y triunfos. Un joven novillero nativo de Mérida, hijo del reconocido aficionado práctico Leonardo Salas “Sopita”, que lucha junto a él en pos de las oportunidades y triunfos, se ha venido preparando intensamente, para que un novillo bravo no le sorprenda en la arena.
Me refiero a José Antonio Salas, un joven de 18 años formado desde niño en la Escuela Taurina merideña y que no ha tenido navidad para descansar ni iniciales días de enero para alejarse del campo bravo. En las ganaderías “Los Aranguez”, “San Antonio” y “Los Ramírez” ha estado el joven novillero preparándose con ahínco y esfuerzo para los compromisos feriales.
En San Cristóbal este martes 26 hace paseíllo Salas, en internacional terna con el sevillano Rafael Serna y el aragüeño radicado en la capital tachirense Joselito Vásquez ante novillos de la joven ganadería “San Antonio” que ese día toma antigüedad y en Mérida el jueves 4 de febrero en concurso ganadero con los noveles Carlos Sulbarán, Francisco “Chico” Paredes, José Gómez “El Gato”, César Vanegas, Mario Alcalde y Alejandro Barragán.
Dos oportunidades de oro en dos ferias importantes que pueden abrir camino para el relanzamiento definitivo. En José Antonio Salas con su toreo de temple y arte con valor sereno, está un nombre de interés para el futuro de nuestra fiesta. Bien por los empresarios Grisolía, Ricardo Ramírez y Juan José Guerrero por incluir en sus ferias las oportunidades para los comienzan a trillar el duro camino del toreo y bien por los ganaderos Riera, Bravo y Ramírez, que han abierto las puertas de sus ganaderías para que nuestros novilleros se preparen y entrenen de cara a sus compromisos y al futuro esperanzador de nuestra fiesta brava.
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