Benítez llevó a cabo un trasteo afanoso, con buenos muletazos por ambos pitones; el toro fue a más gracias al oficio de Benítez. Foto: Jorge Cepeda
por: Víctor Ramírez “Vitico”
El matador de toros Leonardo Benítez salió a hombros en la primera corrida de la feria del Sol en Mérida, en festejo marcado por la flojedad de los toros y en el que El Fandi paseó un trofeo.
La corrida del licenciado Hugo Domingo Molina, con sus dos hierros de Rancho Grande y El Prado, desigual de presentación y muy floja, condicionó la brillantez del festejo aunque los toreros cumplieron con dignidad aunque sin la rotundidad de otras ocasiones.
El toro que abrió plaza, ofensivo por delante y noble, permitió torear bien a la verónica a Leonardo Benítez, que lo banderilleó con ortodoxia y poder. En el tercio final, Benítez llevó a cabo un trasteo afanoso, con buenos muletazos por ambos pitones, destacando los largos pases de pecho con los que abrochaba las series, que mezclaron de todo un poco: pases templados con otros menos conseguidos. El toro fue a más, gracias al oficio de Benítez que le dio tiempos y pausas. Lo mejor, sin duda, la estocada: entrando con rectitud y lentitud.
Mecidos, armoniosos, suaves y estéticos fueron los excelentes lances a pies juntos con los que el torero de La Vega saludó al anovillado y flojo cuarto. Benítez, que banderilleó con más voluntad que acierto, no pudo hacer prácticamente nada pues el astado, noble y que se arrancaba de largo con clase, no tenía fuerza y rodó por la arena en varias ocasiones, en lamentable imagen. Lo intentó el diestro, con suavidad, exquisito temple y técnica; pero ni aun así, logró tener en pie al flojo “Turpial” que terminó con las alas rotas sin poder volar.
Manuel Díaz “El Cordobés” que entró sustituyendo en esta corrida a Miguel Ángel Perera tuvo una actuación gris; con un toreo de trazo corto y tropezado, que no ayudó para nada a su lote, soso y descastado.
A su primero, lo toreó con pases cortos, eléctricos y sin el más mínimo temple. Carisma, desde luego, no le falta al rubio torero de Arganda; pero ante un toro soso sus carencias técnicas salen a flote.
Más de lo mismo ante el quinto, que saltó al callejón apenas salió. El colorado, soso pero noble, no fue fácil. “El Cordobés” lo muleteó a destajo, pases van, pases vienen, sin temple ni profundidad. El torero se empleó con saltos de la rana, guiños al público y desplantes, pero su vertiginoso toreo, sin quietud, girando talones, antes siquiera de rematar el pase, resulta deslucido.
La espada dejó a pie a David Fandila “El Fondo” quien se empleó a fondo con su toreo atlético, bullanguero y vibrante que deja poco al aficionado pero que enardece a las masas. Ante el tercero dejó destellos de su bien hacer con el capote en varias verónicas sueltas soberbias. De nuevo armó la grande en banderillas, clavando a toro pasado pero con derroche de facultades físicas, destacando el segundo par cambiando en plena carrera el viaje del toro, en una gran demostración de conocimientos de terrenos y distancias. El Fandi pegó muchos pases, algunos largos, otros tropezados, la mayoría vulgares pero ligados, vibrantes y emotivos. Extraña mezcla que esta plaza es pasaporte seguro al éxito. Lo mejor del afanoso trasteo, los largos pases de pecho del español, que sólo cortó una oreja tras una estocada muy baja y un petardo del puntillero. Al serio sexto, lo saludó con dos largas cambiadas de rodillas y lo enceló de forma magistral con el capote, con lances por la cara para enseñarlo a embestir. Tras un clamoroso y espectacular tercio de banderillas, El Fandi de nuevo fue una máquina de pegar pases, rápidos, movidos, citando con el pico y pasándose al toro a metros de distancia. Pero todo ello revestido de una habilidosa puesta en escena. Profesional y listo, el granadino armó la escandalera sin torear de verdad. El fallo con el acero le dejó sin los trofeos que el generoso y alegre público estaba deseoso de solicitar. Lo mejor de la tarde, sin duda, la ausencia de la lluvia y con eso está dicho todo.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros de Mérida
Viernes 4 de marzo.
Primera corrida de feria.
Tres cuartos de entrada en tarde fresca y con rachas de viento frio.
Tres toros de Rancho Grande (primero, cuarto y quinto) y tres de El Prado (segundo, tercero y sexto). Desiguales de presentación, flojos y complicados. Destacó el primero, bravo y encastado. Noble y con clase pero sin fuerza el cuarto. Sosos y complicados el resto.
Pesos: 436, 440, 445, 430, 430 y 428 kilos.
Leonardo Benítez, de blanco y oro (Dos orejas y silencio). Salió a hombros.
Manuel Díaz “El Cordobés”, de tabaco y oro (Silencio y silencio)
David Fandila “El Fandi”, de nazareno y oro (Oreja y silencio)
EXCELENTE REPORTAJE. RECOJE CON MUCHO ACIERTO LO SUCEDIDO EN ESTA CORRIDA. LO MEJOR DE LA TARDE APARTE DEL SOL FUE LA BANDA MUSICAL.
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