9/3/22

Mérida: Recordando a Jesús Fandiño

Desde el cielo torero, Jesús seguirá viendo lo que pasa en cada tarde de toros y nosotros aquí debemos honrar su memoria, recordándole con afecto, cariño y respeto. 


por: Víctor Ramírez "Vitico"
Jesús Fandiño fue un hombre que entregó su vida por el toro y el toreo,  en torno a este maravilloso mundo giró su existencia, cargada de sencillez, afición y pasión. El mundo del toro tiene ocultos muchos personajes que lo hacen grande, personas sin las que sin duda no sería posible dar una tarde de toros, pues son el engranaje perfecto para que todo salga bien. 

Jesús Fandiño era uno de ellos, desde niño vivió el ambiente de la mano de su padre; tuvo muchos oficios en los que destacó por su entrega y responsabilidad. Compartí con él varios viajes a las ferias, y en esas horas de carretera  conocí a un hombre con afición y conocimientos, solapados por la sencillez de quién sabe mucho de algo pero no lo presume. 

Me quedo con el recuerdo de una última noche en el 2022 en San Cristóbal, donde estaba feliz por el deber cumplido; hablamos de toros, de sus ilusiones, de su trabajo con las banderillas, esas que hacía y engalanaba con cariño, para adornar con garbo los morrillos de los toros bravos. Sus ojos brillaban al hablar de su trabajo. 

Habíamos conversado para iniciar con él una serie de escritos sobre las personas a las que no conoce el gran público, pero que son parte esencial de la fiesta; pero el golpe incierto y certero de la enfermedad nos lo impidió. 

Su recuerdo siempre vivirá con nosotros y en su pequeña hija Lihuvaneska, que me sorprendió por su afición; su legado está asegurado, eso sí, a ella hay que apoyarla de todas las maneras posibles y a su familia. 

Desde el cielo torero, Jesús seguirá viendo lo que pasa en cada tarde de toros y nosotros aquí debemos honrar su memoria, recordándole con afecto, cariño y respeto. 

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