Todos, toreros y aficionados señalan, que además de reunir armónicamente el fenotipo de Santa Coloma en su bonita estructura, tuvo clase, entrega, bravura y temple en las suaves acometidas.
JE Colombo supo entenderlo, -tuvo que dar el paso adelante- vaciando los muletazos con decisión, volcandose al final hacia el efectismo con sus muletazos de rodillas.
Que era un toro que debía regresar al campo, es voz general por los atributos demostrados en la arena, en una tarde que comenzó accidentada por la ausencia de los caballos de picar en el primer toro.
Una vez más, el joven ganadero Edgar Bravo con su divisa "San Antonio" demuestra los firmes terrenos que pisa, con su sensibilidad hacia el toro bravo, y ese buen gusto por el toro bien hecho, de clase que se transmite en la arena de manera implacable en una actividad que trasciende cuando se consigue en el camino sin fin, la bondad y la nobleza, por ello ser ganadero de reses de lidia es apasionante.
En "San Antonio" está representada una riqueza animal incomparable con un gran valor de firmes convicciones. Lo de Mérida en esa corrida de apertura, reconforta y anima, porque una vez más la joven divisa trujillana, entra en la historia de los toros bravos, nobles y para el recuerdo. ¡Chapeau!
Foto uno:
**** Fotos de Federico Montes de JE Colombo y Ferdinando de San Antonio ****
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