Con
cotizaciones y valores estables
Por. Jesús
Ramírez "El Tato"
Los males que postran la fiesta
brava, son claro reflejo de los que padece la sociedad. Con razón se ha
dicho siempre que el escaparate para contemplar la situación de un país, es una
plaza de toros en día de corrida.
Pero los
ausentes de la Feria de Tovar se perdieron interesantes tardes de toros desde
un punto de vista arduo y complejo: el de la simbología de todos los elementos
que componen el espectáculo taurino, sobre todo el toro de rito y reto, entre
la utopía y la realidad.
Edgar
Bravo y Colombo arrasaron con los trofeos
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El
ambicioso proyecto de la joven empresa JSA Productions escrutando la ancestral
cultura de la tauromaquia, más allá de la verónica y los derechazos, fue algo
que sirvió para dar vigencia e importancia en época de difícil crisis sin
antecedentes en el país, al espectáculo taurino como regalo de un hijo preclaro
a su pueblo de ricas tradiciones artísticas y culturales.
Desde la
novillada del jueves hasta la tercera corrida del domingo, explotó la música de
la banda taurina para amenizar 14 faenas, se cortaron un total de 11 orejas con
tres toreros que salieron a hombros por la puerta grande en tardes de
emotividad y variedad.
La faena
de la feria a cargo de Diego Silveti que cortó dos orejas.
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Los
novilleros Alejandro Barragan y Cleyderman Méndez cortaron una oreja cada uno a
bravos novillos de Juan Campolargo en la tarde noche inicial de la feria, donde
hubo detalles importantes para evaluar de los noveles que a veces dejan de
manifiesto su normal inmadurez profesional.
Faena de
lujo fue la de Diego Silveti que debutaba en el policromático coliseo donde su
tio Alejandro dejó sendero de triunfo. Reposo, cadencia, temple, personalidad y
entrega, fueron las virtudes de una artística y enjundiosa labor que remató de
espadazo recibiendo para las dos orejas en la aplaudida vuelta al ruedo ante un
toro de "Rancho Grade" de nombre "soñador".
En la
tarde inicial Currito Ramírez que reaparecía ante el paisanaje, brindó dos
faenas musicalizadas que no remató con el acero recorriendo la periferia en el
cuarto.
Jesús
Enrique Colombo arrasó en la feria en las dos tardes. La primera cortó dos
orejas a buen toro de "Rancho Grande" y en la de cierre de "San
Antonio" sumó tres apéndices más en faenas de entrega y decisión, donde
destacó el reposo exhibido en serie de derechazos de mano baja para salir a
hombros nuevamente y conquistar el trofeo de triunfador del ferial tovareño,
entre la emoción y el triunfalismo.
Juan
Serrano "Finito de Córdoba" ha podido cortar orejas si no falla con los
aceros. La tarde del sábado ejecutó faena de cadencia con el primero que supo
llevar a media altura en derechazos y naturales que evidenciaron su valía artística.
En su segundo compromiso se dejó ver con un jabonero de "San Antonio"
en muletazos de buen gusto y trazo conquistando admiración y aplausos.
Alberto
Lamelas no tuvo género propicio para repetir el triunfo del pasado año, sin
embargo hizo gala de su entrega sin reservas en largas de rodillas, variados
quites y faenas de mérito a fuerza de profesionalismo y conocimientos, siendo
reconocido con fuertes ovaciones al finiquitar su labor.
César
Valencia salvó la segunda tarde con otro triunfo de puerta grande tras faena de
muchísima entrega, afarolados, temerarios pares de banderillas recordando a su
tio Bernardo con la silla y muletazos sobre ambas manos con mucho calor popular
en el preámbulo de una certera estocada que le valió para duplicar trofeos
auriculares, repitiendo el triunfo del pasado año.
Rafael
Orellana no tuvo su tarde ante el paisanaje. Le vimos inhibido y sin sentir ni
buscar el aplauso ante los bien presentados toros de "San Antonio" de
variado pelaje y comportamiento, dejando solo aislados momentos con la muleta y
sin que se sintiera en la arena algún indicio de la rivalidad esperada con JE
Colombo.
En las
cuadrillas destacó Rene Quintana desde el caballo, "Chico" Paredes,
Ramón Contreras con las banderillas, Eduardo Graterol y Juan José Girón en la
brega, realmente mucho profesionalismo en los hombres de plata en esta feria
tovareña.
Queda
para la reflexión y el análisis de la feria de Tovar el aspecto toro, que
sabemos del empeño de los organizadores que al final chocó con una crisis
fuerte en el campo por todos conocida, pero que ha servido para sentar
precedentes de buen augurio y responsabilidad con la mejor ilusión por un
espectáculo digno.
Ratificadas
las bases de optima organización y cumplimiento con eventos musicales de
variado genero al finalizar las corridas, donde ampliaban diversión los lugareños
y aficionados que acudieron a la cita desde Caracas, Maracay, Valencia,
Barquisimeto, Mérida y San Cristóbal, imponiéndose a las graves dificultades
para abastecer gasolina en la región.
Con la
afición por delante muchas caras conocidas dieron su apoyo a la variada
programación que contemplo homenajes al matador Alejandro Silveti y a Jhoan
Santana a quien le erigieron una estatua en reconocimiento a su brillante labor
en el beisbol como hijo ejemplar de Tovar. Mucha animación, ánimos y disposición
con mejores argumentos para seguir apoyando la fiesta brava en un momento de
aguda crisis en el país. Una feria en alza con cotizaciones y valores estables
y no era fácil. (B - F.R.)
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