Triunfo absoluto en una tarde de toros con presencia y trapío pero de cuidado para el toreo. Foto: Comana
** El venezolano cortó tres orejas en la corrida de cierra del ciclo ferial tovareño.
Por: Carlos Alexis Rivera
El torero venezolano Jesús Enrique Colombo, salió a hombros y por la puerta grande de "Cristo Rey" en esta feria al cortarle las dos orejas a "suertudo", el segundo toro de su lote y último de la feria.
El diestro nacido en el Táchira descifró las embestidas del astado, llevándolo lento y toreándole por alto, ya que al bajarle la muñeca, el pupilo de Edgar Bravo se iba de las patas delanteras.
Este defecto, no fue obstáculo para que Colombo desarrollara una labor muleteríl de importancia artística, templada, lenta y elegante, haciendo pausas entre tanda y tanda para darle aire a "suertudo".
Al momento de ejecutar la suerte suprema, Jesús Enrique Colombo, suelta la muleta y a cuerpo limpio, al mejor estilo de Antonio José Galán, se le va encima a "suertudo" y coloca un espadazo hasta la bola, en los lomos del ejemplar de San Antonio, el cual cayó sin puntilla, entregando la dignidad de su vida en honor a la fiesta brava y Colombo recibiendo la ovación de la afición y las orejas de suertudo, otorgadas a toda ley por la autoridad del coliseo.
En su primer toro, el tercero de la tarde, Colombo exprime con la muleta, las pocas embestidas de "comilón" - el más pesado de la corrida - con una romana de 500 kilogramos, el cual, se fue a menos en la medida en que transcurría la faena, obligando al torero tachirense a colocarlo en suerte para estoquearle con una precisión tal, que le fue concedida una oreja.
Los demás compañeros de cartel
La feria de Tovar en su edición 176 llegó al final en lo taurino; con un cartel compuesto por un español: Juan Serrano "Finito de Córdoba", y dos venezolanos, Rafael Orellana y Jesús Enrique Colombo, quienes lidiaron un encierro de la Ganadería de San Antonio, propiedad de Edgar Bravo, bonitos de lámina, con edad, trapio y el peso exigido para una plaza de la categoría que tiene el coliseo "El Llano" de esta jurisdicción andina.
Luego del paseíllo, sale al albero el diestro ibérico Finito de Córdoba, quien con su primer morlaco no se entendió; y a pesar del esfuerzo hecho para justificar su presencia en esta centenaria feria, no consiguió mayor cosa que unos leves aplausos del soberano.
Con su segundo astado -el cuarto de la tarde- no se sintió cómodo, no quiso exponerse más de la cuenta, y abrevió pasaportándolo apenas dando algunos pases de trasteo.
Por su parte, el de la casa, Rafael Orellana, en su primera salida se consiguió con un sanantoñense complicado, de embestidas intermitentes que le complicó los pocos, pero lucidos pases que pudo ejecutar; resumió su labor con un acero entero.
En su segundo toro, el hijo de Nerio Ramírez, lo recibió con elegantes lances, pero luego en la flámula, el burel se vino abajo, y a pesar del esfuerzo por lucirse con la afición, este no tragaba más de cuatro pases, e incluso pudo poner en riesgo la integridad física del diestro venezolano en algunos pasajes de su faena, por lo que procedió a ejecutar la suerte suprema, siendo de resultado efectivo.
por Carlos Alexis Rivera.
Ficha de la corrida
Juan Serrano: Aplausos leves y silencio
Rafael Orellana: Aplausos leves y silencio.
Jesús Enrique Colombo: oreja y 2 orejas.
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