9/9/19

2da de Feria en Tovar: César Valencia se salva del naufragio

Destellos brillantes de Juan Serrano “Finito de Córdoba” Foto: Federico Montes

por: Víctor Ramírez “Vitico”
La tarde iba cuesta abajo, plomiza y pesada como una losa, con el desencanto de quien va a pasarla bien y termina deseando que termine pronto, hasta que saltó un sexto ejemplar, chico ciertamente , sin gran clase pero que al menos tuvo la movilidad suficiente para que César Valencia le pusiera color y calor a la tarde.

La corrida de tres hierros distintos fue deslucida, mansa y descastada en líneas generales, con un toro sobrero que fue la guinda del pastel, al ser condenado a banderillas negras. Sólo el sexto se dejó al ir y venir sin gran transmisión pero por lo menos siguió la muleta.

Destellos brillantes de Juan Serrano “Finito de Córdoba” que en su primero estuvo dispuesto, dejando su tarjeta de presentación con una soberbia media verónica. Es este un torero tan bueno que con unos cuantos muletazos con la mano derecha arrancó sonoras ovaciones. No se acopló del todo el esbelto espada que dibujó dos series de muletazos cadenciosos, bellos y templados. Por el lado izquierdo la faena fue a menos. El terciadito cuarto se lesionó y en su lugar salió un toro muy aparatoso y feo, playero y manso hasta decir basta. Con él la cuadrilla sudó tinta y los picadores dieron varias vueltas al ruedo para hacerle sangre, ojal incluido a base de picotazos de los que salía rebotado. En banderillas Ramón Contreras clavó un primer par meritorio y literalmente se jugó la vida Francisco “Chico” Paredes que aguantó lo indecible para dejar el par en todo lo alto. Finito de Córdoba intentó por lo menos un par de muletazos para después tener que perseguir al manso por todo el ruedo. El de Sabadell se lo quitó de encima después de varios pinchazos.

Alberto Lamelas volvía con el titulo de triunfador de la pasada feria y no pudo refrendar ese éxito este año. A su primero, un chico ejemplar que le puso en aprietos en mas de una ocasión por exceso de ganas y mala colocación, le enjaretó para abrir dos largas cambiadas de rodillas y lo pasó en cuatro cambiados por la espalda quedándose muy quieto. Lamelas le dio varias series de muletazos en las que se alternaron pases buenos y templados con otros deslavazados, sufriendo varios achuchones al no quedar bien colocado, en pocas palabras le puso más corazón que cabeza. Aun así pudo cortar la oreja porque su vibrante faena caló en el público, pero un pinchazo que descordó al animal enfrió el ambiente. Con el mansurrón quinto repitió la dosis con larga cambiada. Brindó su labor al maestro Alejandro Silveti y le echó garra al asunto el español, afanoso siempre, tratando de justificarse, logrando varias series vibrantes de muletazos ligados hasta que el toro se fue a tablas. A partir de ahí el torero le buscó las vueltas con un más que estimable oficio, dándole pases por todos lados y de no ser porque el astado se resistió a doblar tras la estocada y que se atascó con el descabello pudo incluso tener premio.

Voluntarioso aunque sin redondear anduvo César Valencia con el tercero al que lanceó bien a la verónica para brindar su trasteo a Finito de Córdoba. Muleta en mano, Valencia le dio muchos pases en una faena larga que fue aseada, nada más. Sería con el sexto,  que Valencia echaría el resto, abriendo fuego con dos faroles de rodillas. Aprovechando la inercia de las arrancadas de “Retador”, el joven espada corrió la mano con temple y en ocasiones con gusto en varias tandas ligadas, rematadas con buenos pases de pecho. Lo mejor, las dos ultimas series, con el torero relajado, componiendo la figura con gusto y llevando largo al astado. Una estocada de efectos fulminantes puso en las manos de César las dos orejas, para abrir por segundo año consecutivo la puerta grande del Coliseo.

FICHA DE LA CORRIDA

Plaza de toros de Tovar.

Sábado 7 de septiembre.

Segunda corrida de feria.

Un cuarto de entrada en tarde agradable.

Cuatro toros de Juan Campolargo, muy chicos, los dos primeros multados por no llegar al peso reglamentario. Uno, cuarto bis de El Prado, sustituto del titular devuelto. Uno de  La Consolación, en quinto lugar. Noblote y deslucido el primero, con movilidad y complicado el segundo, noblon el tercero, manso perdido el cuarto, castigado con banderillas negras, mansurrón el quinto y noble con movilidad el sexto.

Pesos: 381, 380, 427, 440, 437 y 425 kilos.

Juan Serrano “Finito de Córdoba” de berenjena en terciopelo y oro: Palmas y silencio tras aviso.

Alberto Lamelas, de azul rey y oro: Silencio y silencio tras dos avisos.

César Valencia, de nazareno y oro: Silencio y dos orejas. Salió a hombros.

En las cuadrillas destacaron en la brega Gerson Guerrero, Eduardo Graterol, Marcos Peña “El Pino” y Juan José Girón. En banderillas Francisco “Chico” Paredes, Ramón Contreras, Diego Guillén y Víctor Meléndez.


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