27/1/18

Gran debut en Venezuela del diestro de Seboruco

Manolo Vanegas: Todo un señor torero Foto:Jorge Cepeda

por: Víctor Ramírez “Vitico”

Manolo Vanegas se presentó por todo lo alto en Venezuela en una tarde en la que por encima de la oreja que cortó quedó la sensación de un torero grande, que tiene muchas cosas que decir en el toreo.

Vanegas se mostró toda la tarde en torero, recio, firme y con sentido de la lidia. Dio la impresión de estar muy toreado, puesto y enterado. A su primero lo saludó con dos ajustadas largas cambiadas de rodillas y buenos lances a la verónica rematando con una torera serpentina y una excelente media que paró los relojes. Destacó lidiando y dejando perfectamente colocado al toro ante el caballo. Abrió con vibrantes y emotivos muletazos de rodillas para ligar luego ya de pie, estupendos muletazos con ambas manos, llenos de temple y buen gusto. Bien colocado siempre, tocando en el momento justo, embarcando con pureza y mandando, exprimió al máximo a un toro noblón que terminó rajado. Varios naturales fueron soberbios porque fueron largos, hondos y ligados. Tras un pinchazo hondo y una estocada volcándose cortó una oreja. Al serio y fuerte sexto, un jabonero muy hondo, lo recibió con templados lances flexionando la rodilla, con torería y sentido lidiador. Tras un buen quite por chicuelinas, comenzó su trasteo con vibrantes muletazos de rodillas, que prendieron en un público que siguió con pasión lo realizado por el tachirense. Vanegas ligó estupendos muletazos por ambos lados, aguantando parones y tornillazos de un toro complicado que lo puso a prueba. Firme siempre, el joven espada mostró un valor sereno que le permitió estar muy por encima de su oponente. Una entera defectuosa que tardó en hacer efecto le dejó sin la oreja que le abría la puerta grande, pero el público le reconoció con una sincera ovación. Hizo lo más torero de la tarde.

Manuel Escribano, aquejado de una dolencia estomacal no lució como otras tardes, a tal punto de tener que pasar a la enfermería tras estoquear su primer toro, astado bronco y difícil que hizo sudar tinta al español que lo intentó sin lucimiento. Abreviar fue lo más indicado. Ante el cuarto, un toro que comenzó rebozándose y embistiendo bien por abajo, Escribano anduvo fácil pero sin romper. Con oficio pero sin alma, ligó muchos pases, algunos buenos, pero sin trascendencia. Un horrendo metisaca fue el epílogo de una mala tarde con los aceros.

Hábil, listo y eléctrico, David Galán se llevó el lote de la corrida. Su primero, bajo y bien hecho, fue el toro de la tarde, por noble y encastado. Galán, le toreó eléctrico, vibrante y eso sí muy ligado. Con el engaño por delante, el diestro giraba en un palmo de terreno refugiándose en el cuello y tocando al ojo contrario para ligar muchos pases, de mano baja pero con mucha rapidez. Conectó con el público y de no fallar a espadas hubiese tenido premio. Ante el quinto, otro buen toro, Galán estuvo màs centrado, sin renunciar a su peculiar estilo, algo embarullado, ligado y habilidoso. Muchos pases del español, que dejando puesta la muleta por delante liga sin moverse, casi sin darle sitio al toro. Los desplantes, rodillazos y adornos hicieron el resto para que tras una estocada baja y trasera paseara una oreja.

El público acudió en buen numero a la corrida lo cual es indicio que a pesar de tantos problemas la feria de San Sebastián es uno de los ciclos màs importantes de nuestro país.

Ficha de la corrida

Plaza de toros de San Cristóbal

Viernes 26 de enero de 2018.

Casi media entrada en tarde agradable.

Cuatro toros de Rancho Grande (primero, segundo, tercero y sexto) y dos de El Prado (cuarto y quinto) desiguales de presentación y juego. Bravo y noble el segundo, sin duda el mejor del encierro. Noble y con movilidad el quinto. Complicado y bronco el primero, noble y rajado el tercero, noble y a menos el cuarto, difícil el sexto.

Pesos: 445, 455, 455, 460, 445 y 455 kilos.

Manuel Escribano, de grana y oro: Silencio y silencio tras aviso.

David Galán de azul rey y oro: Palmas y oreja con petición de la segunda.

Manolo Vanegas, de azul rey y oro: Oreja y Saludos con petición tras aviso.

En las cuadrillas destacaron en la brega Gerson Guerrero y Eduardo Graterol. Manuel Escribano pasó a la enfermería tras lidiar a su primer toro para ser atendido de deshidratación y dolencia estomacal. Salió de la misma para lidiar al cuarto, tras cuya lidia se retiro de la plaza por tener que viajar a México.

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