20/11/16

“El último que apague la luz”

Este depender tanto del gobierno nacional para dar corridas de toros, nos hizo un daño que puede ser irreparable. Foto: blog astanofene

por: Kike Rosales

Cuando la dictadura en Uruguay, antes de que la democracia volviera, la salida del país de los “charrúas” era casi a diario; la situación económica y la crueldad del silencio dictatorial obligaba a la gente a irse a otros lados; llevaban el mate, el candomblé y la tristeza juntas metidas en la misma bolsa y salían desde el aeropuerto de Carrasco donde habían puesto un letrero.

Los toros en Venezuela andan en una especie de exilio; la dificultad se basa en los dólares, mire ud que conseguiros para importar comida es un suplicio, imagínese lo que es para montar un espectáculo tan costoso. Las empresas tienen deudas con los toreros españoles, la razón es que no les “liquidan” los billetes verdes, esa tardanza existe pero muchos se callan la boca.

Entonces se debe buscar a alguien que esté conectado con el gobierno, para así poder llegar a las divisas; tratar si es posible de asistir a cualquier acto, hacer públicos agradecimientos a gobernadores, ministros y cuanto funcionario se pueda.

Este depender tanto del gobierno nacional para dar corridas de toros, nos hizo un daño que puede ser irreparable; la teta del estado la secaron y ya no amamanta a las corridas en el país, incluso no atienden “a los contactos”.

Por esto, las ferias se nos están acabando; Valencia y ahora el intento de dar Maracaibo y la lucha de Maracay contra la ignorancia de las autoridades, dejan prácticamente a Mérida y San Cristóbal bregando por sobrevivir.

El daño que hizo esa especie de que “vale un potosí” poder conseguir los dólares y hacer negocio, adquirirlos a un precio y venderlo a otro, nos está destrozando el espectáculo taurino; que el sentido empresarial de generar una temporada sana, dependa de ver si el gobierno suelta los dólares es muy triste.

Eso nos muestra que “el afán” más de comercio, en vez de afición, permitió que en un acto tan culto como lo es una corrida entraran dentro de la misma, gente con pura idea de comercio; y funcionarios públicos con hambre de solo plata fácil.

En Caracas se dará un festival de música, cuesta dos millones de dólares, lo organiza Jorge Rodríguez alcalde del municipio Libertador (anti taurino total); como se ve, allí no se necesita mucho lobby para que aparezca “el billete”.

En vista de todo esto, la lucha no solo es difícil, es totalmente injusta, por eso entendemos el mensaje del aeropuerto de Carrasco en Uruguay; al igual que ellos (cuando se iban) y ante la negativa de conseguir dólares para los toros, en este país nos tocara poner en una plaza de forma lacónica “el último…que apague la luz”

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