La mejor época vivida por la afición valenciana fue con la administración de Francisco “Paco“ Cabrera, que hizo de la plaza un verdadero diamante. Foto: Notitarde
Columna: El Ruedo
por: Fabián Díaz Sánchez
Saludos afición y público que asiste a las corridas de toros, por estas líneas taurinas nos vamos al siglo XVI; en el año 1567 se celebraron fiestas de toros y cañas en la población de Nirgua, hoy estado Yaracuy, que para ese siglo y fecha estaba en jurisdicción del extenso, en ese tiempo estado Carabobo. Trasladándonos a Valencia, que inaugura el inmueble llamado “Circo teatro”, en el año 1914, exactamente el 14 de febrero de 1914, teniendo en el cartel al español Fermín Muñoz “Corchaito”, de Córdoba, España, y el Venezolano “Corcito”, con reses criollas.
Para el año de 1921, el dia 1 de Enero de ese año abre sus puertas las “Arenas de Valencia”, con el siguiente cartel: “Punteret”, “Posadero” y Vicente Mendoza “El Niño”, padre del negro Julio Mendoza, con reses criollas; esta plaza era para 4.000 asistentes y se construyó por el empuje de los hermanos Federico, Ernesto, Paco y Luis Branger. De esta plaza “Arenas de Valencia”, nació la afición de quien escribe, que fui, gracias a mi madre, para ver a mi padre Juan Diaz Carabaño, que toreaba como aficionado práctico, reses criollas junto a otros aficionados valencianos, ya mi abuelo, el médico valenciano Fabián de Jesus Díaz nos había sembrado el gusanillo de los toros.
Por esta plaza hicieron el paseíllo, el fundador de la dinastía Bienvenida, Manuel Mejías Luján, el famoso Papa Negro, así como Cayetano Ordóñez, Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana”, que cortó un rabo a un toro de Guayabita, que sería una de sus mejores faena en los ruedos; debutó como becerrista Luis Miguel “Dominguin” asi como César Girón; tuvo su bautizo de sangre, Rubito y Julio Mendoza. Al desaparecer la plaza josefina, se hizo una plaza de madera que bautizó con el nombre de “Alí Gómez”; aquí toreó de becerrista Bernardo Valencia; esta plaza vino a llenar en parte el vacio dejado por Arenas de Valencia.
Hasta llegar el día 10 de Febrero de 1968, con la gran inauguración de la plaza de toros Monumental de Valencia, con el cartel de Antonio Ordóñez, Diego Puerta y el maracayero Adolfo Rojas, que cortó la primera oreja a un toro de la ganadería mexicana de Reyes Huerta. Por cierto, ese día ocupaba quien les escribe, un tendido de sombra con mi hermano mayor, entramos a la localidad con las entradas completas, debido a que abrieron la plaza y no había para el momento porteros. Creo que está demás expresar que por la monumental de Valencia han desfilado todas las figuras del toreo desde su apertura, hace mas de 40 años, para ser exactos 48 años a la fecha actual en 2016.
La mejor época vivida por la afición valenciana fue con la administración de Francisco “Paco“ Cabrera, que hizo de la plaza un verdadero diamante; se hicieron las fuentes de agua, el paisajismo, las esculturas taurinas con el bello toro que simboliza la fiesta taurina, y que está reclamando que esa plaza se construyó para celebrar corridas de toros principalmente, así como para realizar allí otros espetáculos de corte artístico, cultural o deportivo.
Voy a traer a colación unas frases pronunciadas por un caballero oriundo de Nirgua, pero Valenciano de corazón, porque se crió en Valencia: Luis Cisneros Croquer, quien en un pregón del ferial de las ferias del 2004, citó: “La luminosa presencia del arte y la cultura, es incompatible con el deseo sombrío de los tiranos o de los aspirantes a tiranos, porque el pensamiento humano, en su exacta dimensión no es galgo, servil, rendido a la sombra de los poderosos, sino a la libre y desplegada por encima de los vientos y las tempestades.”
Por lo tanto, hago un enérgico llamado a las fuerzas vivas de Valencia y del estado Carabobo por el rescate de la Plaza de Toros Monumental de Valencia, para ponerla en actividad taurina y cultural de manera que no se siga perdiendo el legado cultural de los carabobeños y de los venezolanos.
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