En Huelva, se levanta un Monumento a la Dinastía Litri, con tres bajo relieves y la escultura en bronce de Miguel Báez Espuny. Foto: geocaching.com
* La figura del Presidente de la Corrida
* Un perro le pudo a un Miura en la feria de San Fermín
Columna: Retazos Taurinos (XXV)
por: Eduardo Soto
Cómo nace la figura del Presidente de la Corrida?
• En la época de Carlos III, Rey de España durante la segunda mitad del siglo XVIII, acaecieron cambios de significación en la historia de la Fiesta Brava. Los Caballeros cedieron primacía a los toreros de a pie, los cuales, con Costillares a la cabeza, empezaron a ser considerados profesionales; y, en 1770, se estableció la figura de Presidente de la Corrida, autoridad máxima en la Plaza de Toros, quien ejerce funciones asistido por dos asesores, uno técnico y otro veterinario, cuyas opiniones no tienen carácter vinculante.
• La tarea del Presidente es complicada, pues recibe presiones de todo tipo las cuales, a veces, no son nada fácil de compaginar con la aplicación del Reglamento. La Autoridad está para hacer cumplir la normativa, tarea que debe hacerse de la forma más desapercibida posible, evitando al máximo convertirse en protagonista del espectáculo.
Esta responsabilidad primordial de la Autoridad, no debe nunca confundirse con el afán de complacer a todo trance a un público que, por razones de diversa índole, a veces exige trofeos o indultos que no se corresponden con lo acontecido sobre la arena. Se dice que el público es el que paga y puede solicitar lo que quiera. Es cierto, nadie le niega al público su derecho a participar del espectáculo y pedir diferentes premios para torero y burel, pero el Presidente, quien además debería ser conocedor del Arte de Cúchares, tiene el deber de aplicar el Reglamento, para evitar cualquier desmadre, y no erosionar la categoría de la plaza bajo su mando y la pérdida de su propio prestigio como Autoridad Taurina.
Vuelta triunfal protagonizada por un perro en la Feria de San Fermín
• La Feria de San Fermín, es fuente incesante de historias y anécdotas de todo tipo. Una de las más curiosas se refiere a lo sucedido en 1958, cuando se corrió el encierro más largo de la historia, el cual duró media hora, pues cuando llegaron a la plaza, uno de los Miura se negó a entrar en los toriles. Los mozos lo acosaron inútilmente, lo arroparon los cabestros sin resultado alguno, el toro permanecía en su sitio, sin querer abandonar la arena. Despejaron el ruedo y entonces apareció un pastor con un perro canelo. Pues bien, el can se enfrentó al toro, le ladró en la cara sin temor alguno, le mordió las patas y, tras unos veinticinco minutos de brega, el Miura entró finalmente en los toriles. Entonces, un grupo que presenciaba el espectáculo, agarraron al mejor amigo del hombre y lo cargaron a hombros dándole una vuelta al ruedo, con la entusiasta ovación de los presentes. Quizás, sea esta la única vuelta triunfal protagonizada por un perro, aunque el can tenía nombre muy taurino, pues se llamaba Ortega. El perro Ortega da la vuelta al ruedo a hombros de los mozos (foto: archivo del museo taurino "La Estafeta")
El testigo en la Alternativa de un torero
• La incorporación de la figura del Testigo en la Alternativa de un torero, se inició en 1956, en el Puerto de Santa María. Aconteció cuando Antonio Ordóñez, decidió dejar de ser testigo pasivo e incorporarse al ritual de la Ceremonia, cuando Miguel Báez Espuny, Litri, le concedía la borla al Toricantano, Juan Antonio Romero, práctica que ha devenido en tradición.
Por cierto, Litri es el apodo de una dinastía de toreros onubenses (gentilicio de los nacidos en Huelva, antiguamente llamada Ónuba), que se inició con Miguel Báez Quintero, a principios del siglo XX, siguió con su hijo Manuel Báez Gómez, a quien un toro de Guadalest le infligió una cornada en Málaga en 1926, se le amputó una pierna, pero, de todas maneras, falleció a causa de la gangrena una semana después. Luego vino su hermano, Miguel Báez y Espuny, quien tomó la alternativa en 1949 y se retiró en 1967, a quien siguió su hijo, Miguel Báez Spínola, que actuó en los ruedos como matador de 1987 a 1999. “Litri” es un arcaísmo que significa persona de buena presencia, lo que parece ser el caso con estos toreros, pues eran altos y bien parecidos.
En Huelva, se levanta un Monumento a la Dinastía Litri, con tres bajo relieves y la escultura en bronce de Miguel Báez Espuny, el más importante. Existe un pase de su invención que, según relata el propio diestro, fue obra de la casualidad. Resulta que una tarde en Cádiz por los años cincuenta, el viento le echó la muleta atrás, el toro se arrancó de lejos, el matador aguantó así hasta que le llegó a tres metros, entonces le adelantó la pañosa y nació el pase que se hizo muy popular, le pedían que lo ejecutara tarde a tarde y la prensa lo denominó Litrazo. ¿Cómo les parece?
Eduardo Soto
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