Acostumbrados al consabido sobre, que hoy no han podido cobrar como era su costumbre, despotrican
por: Giovanni Cegarra
A lo largo de la historia de la Fiesta Brava Venezolana han existido y existen, elementos de poca monta, hipócritas de perversa condición, fariseos facinerosos que si tuviesen vergüenza no les daría pena mirarse en el espejo antes de emitir conceptos que les vienen dados a su propia frustración personal sin olvidar que acostumbrados al consabido sobre, que hoy no han podido cobrar como era su costumbre, despotrican sin tener moral para ello.
En conversa entre aficionados en esta Mérida Taurina, pensando en la celebración de los 50 años de vida de la Plaza de Toros Monumental Román Eduardo Sandia, vino a pelo la actitud de estos fariseos facinerosos que invaden la Fiesta Brava Venezolana, dos o tres, que se las dan de inmaculados con malolientes vestiduras que en medio de la crisis que vive lo taurino venezolano, lo desgarran a mansalva y son los primeros en lloriquear una entrada, pase, atención en una Feria Taurina, dándoselas de lo que no son y que no serían nunca, si volviesen a nacer.
Fariseos facinerosos enemigos de la Fiesta Brava, que ni siquiera vale la pena decir quiénes son pues no se merecen ese privilegio, mancharíamos las páginas taurinas, duela a quien duela, caiga a quien le caiga y pues nada, al que le caiga el guante que se lo plante.
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