2/12/15

Un par de chavales que tienen potencialidad incalculable

Después de muchos años, ha brotado de nuevo la buena cosecha de novilleros nativos. Foto: Miguel Guía

por: Rubén Márquez.

He leído algunas crónicas y comentarios sobre el acontecimiento taurino del año en Venezuela; todos tienen un denominador común: nadie salió defraudado de la monumental de Valencia el pasado Domingo 29-11-15; muy pocas veces acude a una lidia de novillos una mayoría de aficionados entendidos como ocurrió en la capital carabobeña; el redondel copó un 20 % de verdaderos aficionados a la tauromaquia. Todos salimos alucinados del espectáculo.

Ese mano a Mano, gerenciado con gran acierto por el amigo Erick Cortez, deslumbró por todos los costados, menos por el económico, que en apariencia no fue el más deseado. No soy ducho en la crítica de los acontecimientos taurinos, sin embargo la emoción vivida en el coso valenciano ha roto la barrera del temor, estoy saltando al ruedo de espontáneo en estas lides de comentarista, sin permiso de la autoridad y con la montera en la mano expreso mi opinión.

Yo vi un par de chavales que tienen la potencialidad incalculable de llegar a ser matadores de toros de tronío, de altos quilates; presiento que después de muchos años ha brotado de nuevo la buena cosecha de novilleros nativos que le darán lustre y categoría a la alicaída fiesta taurina en Venezuela.

Sin entrar en detalles de lo ocurrido en el coso, así vi yo a los competidores:

Un joven Colombo con dominio ya suficientemente curtido en el arte de dominar a los cornúpetas, con mucho empaque, con conocimiento avanzado del oficio, con una manera ortodoxa de la lidia, ausente en la mayoría de nuestras figuras; pudiéramos hacer una similitud, haciendo abstracción de la talla, con un Enrique Ponce o El Juli en sus preludios novilleriles; su estilo es rondeño.

En el caso del joven Vanegas, primera vez que lo veo en acción; me cautivó totalmente con su actuación, sus maneras presagian un porvenir triunfante; tiene garbo, tiene figura de matador de toros, tiene el valor indispensable para pisar los terrenos del adversario, resuelve situaciones con dominio y conocimiento, su estampa y coraje tiene similitud con un Manolo González, su elegancia es la de un Manzanares; su estilo es sevillano.

No puedo dejar de acotar el poco eco del despliegue publicitario del evento. La caja de resonancia sonó solo en el universo de los aficionados, no trascendió más allá. Si queremos que la Fiesta atraiga nuevos admiradores, debemos asegurar una información oportuna y efectiva. Cada taurino que asista con regularidad a las corridas de toros, debería llevar a la plaza uno o más novicios que vayan aprendiendo a conocer y apreciar el arte de Cúchares. En lo particular he llevado en varias ocasiones a mi hijo que vive en Valencia; en las anteriores oportunidades salió del coso sin manifestar ni pena ni gloria; sin embargo, el pasado Domingo salió emocionado, estoy seguro que la próxima vez asistirá con mayor entusiasmo. También invité a un amigo taurino que estaba retirado de la fiesta, quien vive en Maracay y no estaba enterado del Mano a Mano, salió tan emocionado de la novillada que ahora quiere asistir a la Feria de San Sebastián y a la Feria del Sol. Estoy convencido que cada uno de nosotros puede hacer mucho para propagar la afición a la Fiesta Brava en Venezuela.

Para concluir expreso mi emoción con esta copla:

Valencia fue...Cantar y florecer taurino
Bendiga Dios el valenciano sol que presenció la apoteósica tarde de torería.
Valencia fue...Cantar y florecer de diestros andinos.
Bendiga Dios el amor venezolano a la fiesta bravía.

Rubén Márquez.

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