Allá quienes no entiendan la realidad que vive nuestra Fiesta Brava venezolana, que en este año 2015 -que ya termina- ha sufrido todos los embates habidos y por haber.
por: Giovanni Cegarra
En preparativos por las festividades navideñas y de fin de año, en este país, costumbre y hasta tradicional es, olvidar rápido; claro lo que le conviene algunos y en medio de una crisis socio económica que tardará algunos años en superarla; porque no hay que caerse a mentiras, en lo que toca a nuestra Fiesta Brava pues nada, como se sufre se baila.
Sí señor, allá quienes no entiendan la realidad que vive nuestra Fiesta Brava venezolana que en este año 2015 que ya termina, ha sufrido todos los embates habidos y por haber, que la han resquebrajado, al extremo que la afición no ha dado la respuesta esperada con su presencia en las plazas de toros.
Aquí se sufre porque nos prohíben llevar a nuestros hijos menores de 18 años a las corridas de toros de manera especial, en los cosos taurinos andinos, donde el mal llamado Defensor del Pueblo la tiene agarrada.
Se sufre, ya que los gremios de profesionales del toro no lograron unificarse ni para designar a sus nuevas autoridades.
Se sufre por lo bien tapados que están los empresarios y ganaderos, comunicadores taurinos, salvo tres o cuatro.
Se sufre por montar una novillada, festival, corrida de toros, que es toda una elevada inversión y el aficionado no se reporta en la taquilla por los elevados costos de las entradas y pare de contar.
Los factores por lo que se sufre en lo taurino venezolano, y en sus efectos, se baila al son de observar la lidia de encierros sin la edad y peso reglamentario con la complicidad de Comisiones Taurinas; y no se ofendan.
Se baila al son del pésimo arte del toreo en algunos toreros que solo dan trapazos.
Se baila al son de la regalía de trofeos que premian lo no premiable y continúa el imparable cuento, que todos saben y conocen de sobra.
En la Fiesta Brava Venezolana se sufre y se baila al son del desgano, apatía, pasividad, desinterés, desunión gremial, injerencia política en lo taurino, irrespeto profesional, sin olvidar el son económico que ha sido determinante en la organización de una corrida de toros, una novillada, que de paso en este año 2015, de vaina se dieron cinco novilladas picadas en todo el país;
Las Escuelas Taurinas sufren y bailan el son de la incertidumbre por subsistir y etc. etc. etc.
Así están las cosas en la Fiesta Brava en Venezuela, en la que como se sufre se baila, al son de desafinada música interpretada por una orquesta que ya no da para más; cruda verdad y realidad, que hemos escrito, dicho y repetido hasta la saciedad; y ni modo, aquí sufren bailando el son que pongan que si sigue como suena, en el futuro no habrá dónde sentir, escuchar, bailar el son taurino; los aullidos, quejas, lamentaciones, no tendrán sentido alguno; será tarde, ni para recoger la Cruz donde la perdió Jesús.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario