El Niño de la Capea, Dámaso González, Manolo Molés, Palomo Linares, Cristina Sánchez y Víctor Mendes. Foto: EFE - abc.es
* Los maestros hablan en el Congreso Internacional de Tauromaquia de Albacete sobre la creación artística
por: tomado de: abc.es - J. A. PÉREZ. / ALBACETE 01/03/2015
Era la mesa más torera y eso ya es mucho decir en un Congreso de Tauromaquia. Moderados por el periodista Manuel Molés, los matadores de toros, ya retirados, Sebastián Palomo Linares, Víctor Mendes, Pedro Gutiérrez Moya «Niño de la Capea», Cristina Sánchez y Dámaso González divagaron ayer sobre ese concepto tan abstracto de la «creación artística».
Para Sebastián Palomo Linares, la tauromaquia «es el arte más puro que existe porque es el único que no permite rectificación». El Niño de la Capea parafraseó a Ortega y Gasset: «No sabemos contar lo que no se ve». «El arte es sentimiento y el público percibe esos momentos. Si eso se pudiera contar, probablemente cambiaría mucho la forma de ver los toros de los que no les gusta. Cuando se abre el chiquero, a todo el mundo le sale ¿qué hago yo aquí?, explicó el salmantino en el Teatro – Circo de Albacete.
Para el portugués Víctor Mendes «es muy difícil transmitir lo que es íntimo» y «en el mundo del toro sale lo mas íntimo de la sociedad». Además, hablo de «duende», que «no es una cuestión de facultad sino de sangre».
A Dámaso González cuando era un crío «me sobraba todo, se me olvidaba comer» porque «tenía una ilusión: ser torero». Luego creció y fue figura. De todas las tardes, se queda con «un día y un solo muletazo de pecho. Al salir, me dijo un aficionado: Dámaso, por Dios, no te retires nunca».
Cerró Cristina Sánchez, quien nunca quiso «ser una mujer en el mundo del toro. A mí me interesaba ser torero y ese sentimiento no te lo da nada, ni nadie», añadió.
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