Una vez más el incombustible Edgar Antonio se alzó con el éxito. Foto:
por: José Luis Jiménez
Regular entrada en la Maestranza de Maracay en el inicio del abono de la Feria de San José, en la noche del viernes 20 de marzo 2015; el festejo ha tenido como protagonistas a ilusionados jóvenes en la antesala al escalafón superior.
Una vez más el incombustible Edgar Antonio se alzó con el éxito al cortar dos orejas; mientras sus alternantes, Miguel Tahan “El Jeque” cortó una y Cristian Valencia se fue de vacío.
Los actuantes enfrentaron un concurso de ganaderías: Un novillo de Campolargo, tres de Laguna Blanca y dos de San Antonio, con fachada, serios pero sin exageraciones y variados de juego, destacando el primero y cuarto.
Por ser fiesta de pasiones, en el tendido de sombra “A” se apersonaron los seguidores de Edgar Antonio y Cristian Valencia con sus respectivas peñas, gritos y pancartas, para ser fuerza motriz que demandó más obligaciones en el quehacer.
Correspondió al experimentado Miguel Tahhan “El Jeque” romper el celofán ante “Cocoroteño III” de Campolargo que pesó 325 kilos, permitiéndole allanar el camino con tres verónicas bien ejecutadas, regular en banderillas y cortas tandas con la muleta. Faltó apretar un poquito más el acelerador, pero tal circunstancia la subsanó ejecutando la suerte suprema con entrega y decisión para un volapié de fotografía que hizo asomar pañuelos en demanda del trofeo que paseó en medio de aclamada vuelta al ruedo.
Con el segundo de su lote que llevó por nombre “Tabla Buena” de Laguna Blanca, hubo muchas precauciones al desarrollar sentido el astado, aunado a la capea que formaron los subalternos que no encontraron la brújula para llevar a buen puerto el festejo. Ante ello y la dificultad para el picador Juan José Campos por realizar bien su trabajo, el novillo casi emplazado pidió credenciales y “El Jeque” optó por la brevedad que se agradeció, no sin antes ser penalizado con un aviso al estar desacertado con el estoque.
Por su parte, Edgar Antonio regresó a la plaza después del forzado año sabático correspondiente con el cual deben cargar los novilleros ante las pocas oportunidades. No pasó de puntitas y refrendó el valor y el pundonor con auténtica honradez que lleva como la sombra al cuerpo.
Tuvo dos variantes: ante el primero de su lote, que llevó por nombre “Congelado” de San Antonio, solo destacó en vistosa y emotiva larga cambiada, porque después salió de cacería tras de su presa que no paraba el trote y nunca pudo sujetarle. Sin muleta intentó despacharle y luego de la anunciada voltereta, pasó fatigas con el estoque.
Cambio de decorado ante el quinto donde demostró que tiene un toreo preconcebido que alcanza altas cotas ante sus seguidores y el agrado de los más exigentes.
Excelente desempeño con la capa, con mucho riesgo en banderillas y entregado con la muleta, forman el trípode del aragüeño para su carta de presentación.
Ante tal temeridad hubo muchos sustos al ser prendido feamente por el novillo, para luego retornar con más ímpetu para organizarlo todo. Cerró con broche de oro al esgrimir el estoque y en recompensa cortó las dos orejas solicitadas con estruendo.
En cuanto al debutante Cristian Valencia, vimos que posee unos conocimientos técnicos importantes. Se vislumbra la mano de su padre, el recordado Bernardo Valencia, sobre todo a la hora de medir el castigo de los novillos. Lamentablemente no pudo redondear el triunfo, el cual casi rozó, al tocarle el lunar del encierro, pero ello no fue óbice para observar el deseo de justificar las esperanzas en él depositadas. Este resultado no desmerita su actuación, al contrario, deja abierto un resquicio de esperanza.
INCIDENCIAS:
-A la altura del quinto novillo, el profesor William Querales, presidente de la Comisión Taurina, sufrió un percance que hizo movilizar al cuerpo médico a atenderle de urgencia en el palco para luego ser trasladado a una clínica.
-Las cuadrillas de subalternos dejaron mucho que desear al convertir en una capea la conducción de la lidia.
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