Curro Girón, el más universal de los venezolanos fue figura del toreo en España apoyado por décadas de éxitos profesionales. Foto: blog torerosdevenezuela
* Fue en tierra venezolana donde se celebró el primer festejo taurino en la historia del Nuevo Mundo
por: Víctor José López (EL VITO)
El Toreo en Venezuela vive momentos precarios, y está siendo atacado por distintos flancos. Desde el lado político organizaciones supuestamente no gubernamentales y alimentadas con dineros de la hacienda pública, se suman al movimiento anti taurino internacional. El punto de apoyo más sólido que han encontrado los enemigos de la Fiesta en Venezuela ha sido la inactividad de Caracas. El Nuevo Circo cerró sus puertas en 1997, y desde ese día, se ahoga en el abandono y la destrucción provocada por la falta de mantenimiento a pesar de vive de su condición de patrimonio nacional.
Tomando en cuenta que fue en tierra venezolana donde se celebró el primer festejo taurino en la historia del Nuevo Mundo, acontecimiento que celebró el nacimiento de Felipe II. Carlos I ordenó que se celebrara el advenimiento con grandes fiestas en el reino, para la conmemoración del acontecimiento en el año de 1527, evento ocurrido en la isla de Cubagua, pedazo de tierra venezolana abrazada por el mar de los Caribes de Venezuela.
Aquello se tradujo en un acontecimiento histórico, por tratarse de la primera corrida de toros en territorio americano. La vida de Cubagua fue brevísima, lo mismo ocurrió su riqueza perlera, siendo su paso de aldea a ciudad un intento vano para organizarse como población según el historiador Gil Fortoul (Historia Constitucional de Venezuela, 1940). Cubagua, como centro poblado, no duró más de treinta años. Con períodos de formación, plenitud y decadencia su función verdadera fue servir como lugar de atracción, que luego permitió poblar las provincias venezolanas suministrando dinero para aviar expediciones. El que el nacimiento de Felipe II en 1527 fuera festejado en Suramérica en la diminuta Cubagua con la primera corrida de toros lo confirman las investigaciones realizadas por el periodista Miguel de la Cuadra, cuyos resultados fueron propagados en su programa Ruta Quetzal que se realizó con motivo de los 500 años del Descubrimiento de América.
EL TORO PISA TIERRA VENEZOLANA
Aunque la intrigante cuestión de cuándo, cómo y dónde nació el arte del toreo es tema de nunca acabar, sí podemos precisar que en compañía de la espada conquistadora del español, junto con la palabra evangelizadora de los misioneros, en compañía del idioma castellano, fue unificador de dos inmensos mundos. Junto a los Evangelios y los españoles llegaron a América las primeras reses, caballos para cruzar llanuras y montañas, y vacas y toros para sembrar estos llanos y estos montes y darle de comer a los conquistadores …Y fue ese toro español extremeño, castellano, navarro o andaluz, el que se corrió por primera vez en un espectáculo de diversión y entretenimiento. El capitán español Diego de Losada, en su camino hacia el Valle de Caracas, hizo alto en Nirgua, o Nueva Jerez, como Losada llamó al caserío, el 20 de enero de 1567. Detuvo la marcha de su tropa para conmemorar la fiesta de San Sebastián, abogado de los españoles contra las flechas de los indios. Los anales de la conquista indican que se celebró la fecha “con toros y cañas y otros ejercicios militares”.
El primer hato de ganado vacuno en tierra firme se había fundado en el sitio que se conoce como de Uverito, en el estado Guárico. Fue en el año de 1548. Su fundador, un cordobés de nombre Cristóbal Rodríguez, el primer ganadero de la Venezuela continental, que con 18 vacas y dos toros, y “varias familias cordobesas”, fundó nuestra ganadería. Antes se había fundado en la Isla de Margarita un hato con ganado español, procedente de La Hispaniola. Francisco Fajardo, un mestizo hijo de india y de español, fundó en Catia, al oeste del Valle de Caracas, en el año de 1521, otro hato ganadero. El ganado de Francisco Fajardo serviría a la población de Caracas en alimentación y distracción, porque las reses fueron lidiadas en las plazas construidas en el valle caraqueño en el siglo XVII.
Don Florencio y Juan Vicente Gomez Nuñez pioneros en la construcción de la plaza de toros de Maracay.
No fue sino hasta 1933 cuando los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez hicieron el primer intento serio, ambicioso y ordenado por fundar una ganadería de lidia; sin embargo, hasta 1968 fue que se encaminaron los esfuerzos hacia este propósito. La intención de los hijos del General Juan Vicente Gómez se vio frustrada por los acontecimientos políticos ocurridos a raíz de la muerte del General Gómez, que obligaron a los señores Gómez Núñez a salir del país.
A partir de 1968 un grupo de hombres fundó la Asociación Venezolana de Criadores de Toros de Lidia (AVCTL) y se hizo la primera importación de ganado de lidia de España y de Portugal, que sembraría las bases de lo que es hoy la ganadería de lidia venezolana.
MATADORES DE TOROS
El historiador Manuel Landaeta Rosales, cuenta que la Caracas de mediados del siglo XIX tuvo varias plazas de toros y fueron muchos los toreros nativos que con sus actuaciones, triunfos y fracasos, sostuvieron la afición por el espectáculo taurino de los caraqueños. Fueron las plazas de La Glorieta y La Candelaria los escenarios donde los nativos Fabiano Martínez, José Flores, Enrique Flores, Prudencio Pino, José Vera El Ronquito y José Salinas El Catire, cubrieron las temporadas desde 1840 a 1870, con ganado cunero, o criollo que es como se denominan las reses mestizas en Venezuela. En 1863 el empresario Sergio Ruiz contrató al matador de toros español José Romero Andaluz, para que actuara en la plaza de La Candelaria, donde “se montan espectáculos taurinos al estilo español”, presentándose por primera vez en Venezuela toreros en trajes de luces el 3 de diciembre. Andaluz hizo su debut el 26 de junio de 1864 en la cual, como rezaba el cartel de calle “todo el aparato será de estilo español”.
Un acontecimiento histórico fue la presentación en Valencia, del matador de toros español Vicente Méndez, El Pescadero, el 30 de agosto de 1885. Y el motivo para considerarlo acontecimiento fue el que ese día se picaron, por primera vez, los toros en una corrida en Venezuela. Dos toreros criollos que los primeros años del siglo XX hicieron campaña por ruedos de los andes y el llano venezolano fueron Pablo Mirabal, “El Rubio”, Vicente Mendoza “El Niño”. Toreros muy importantes; El Niño fue el padre de Julio Mendoza, que más tarde alcanzaría el grado de matador de toros en Salamanca (España) y confirmaría en Madrid.
Era el año de 1912 el año de un personaje muy importante en Caracas, el torero Joaquín Briceño “El Trompa”, primer torero de masas en Venezuela, insustituible en las corridas de la capital venezolana. Un par de años más tarde, el 11 de enero de 1914, se lidió en Caracas el primer toro español, a muerte. El astado procedía de las dehesas del duque de Veragua y el lidiador que le dio muerte fue Manuel Rodríguez, Manolete padre.
En 1918 llegó a Caracas procedente de Lima, el trianero Juan Belmonte. El 10 de marzo alternó con Rufino San Vicente “Chiquito de Begoña” y el 31 de marzo toreó su beneficio matando cuatro toros de los potreros del general Juan Vicente Gómez, en Mareara. El 23 de agosto de 1920, ya inaugurado el Nuevo Circo de Caracas -la plaza más importante de Venezuela -, como consecuencia de un palotazo en el pecho, que le produjo intensas hemorragias internas, falleció el torero Isaac Olivo “Meri”.
Julio Mendoza, hijo de Vicente “El Niño”, debutó en Caracas el 31 de octubre de 1920. Al año siguiente, 31 de octubre de 1921, llegó a Caracas procedente de Lima el caraqueño Eleazar Sananes “Rubito”. En mayo Rubito y Mendoza, se enfrentaron en el primero de muchos mano a mano. Había nacido la pareja angular del toreo nacional. Sananes y Mendoza con su rivalidad ganaban dinero en Venezuela. Tanto que Rubito, en 1919, viajó a Madrid con su mozo de espadas y su banderillero. Llevó morocotas suficientes para hacer temporada de novilladas en Madrid y plazas de Andalucía. Fue histórica su presentación en Algeciras, ante una novillada de Miura de la que salió triunfador. Alcanzó el grado de matador de toros el 22 de mayo de1922, en Corrida Regia, completando el cartel su padrino Julián Saínz, Saleri II, Marcial Lalanda y Juan Anlló Nacional. El toro de la alternativa, como toda la corrida, fue de Gamero Cívico.
Siete años tardó El Negro Julio en seguir los pasos de Rubito, pues el 11 de septiembre de 1927 se convertiría en el segundo venezolano en alcanzar el grado de matador de toros en España. Lo hizo en La Glorieta de Salamanca con una corrida de toros de Samuel Hermanos, de manos del bilbaíno Martín Agüero con el testimonio de Curro Puya. Mendoza confirmaría el grado en la plaza de la Fuente del Berro a los pocos días, el 18 de septiembre de 1927 con Luis Fuentes Bejarano y el mexicano Juan Espinosa “Armillita” y toros portugueses de Martinho Alves do Río.
Pasó mucho tiempo para que el ejemplo de estos precursores cundiera. Hubo de cerrar sus puertas el Circo Metropolitano, donde se había convertido en torero de cartel el joven novillero Luis Sánchez Olivares Diamante Negro, quien encontraría una incipiente rivalidad que, lamentablemente, no dio frutos con el valenciano Alí Gómez. Diamante Negro ha sido el torero ídolo en la historia venezolana. Novillero puntero en España, tomó la alternativa en Granada con toros de Saltillo de manos de Paquito Muñoz y de Manolo González el 29 de septiembre de 1948.Granada, España. La confirmó en la Monumental Plaza de México 2 de enero de 1949 y el 18 de junio de 1950 en Las Ventas de Madrid. Su rival, Alí Gómez, acicateado por los éxitos españoles de Luis Sánchez, tomó la alternativa en la Plaza México de manos del mítico Lorenzo Garza con toros de Coaxamalucan. La rivalidad, que pudo ser productiva, se diluyó ante los apetitos crematísticos de los representantes de los espadas, sobre cuyos hombros se sostuvo el toreo en Venezuela hasta que apareció en nuestro firmamento la gran figura universal en el toreo nacional: César Girón. Girón, muerto trágicamente en un accidente de carretera en 1971, dejó la más rica de las herencias a la fiesta en Venezuela, pues además de su trayectoria legó una dinastía de soberbios toreros que integraron sus hermanos Rafael, Curro, Efraín, Freddy y Pepe Luis, sus sobrinos Marco Antonio y Juan José y su nieto César Vargas Girón.
En la actualidad el torero más importante es el caraqueño Leonardo Benítez, quien hizo breve campaña en España y en Francia alcanzó importante triunfo en Beziers. Su carrera ha sido en México, donde lleva casi tres lustros de actividad. La baraja taurina nacional vive momentos difíciles, ya sea por lo estrecho del camino de oportunidades y porque no hay estímulo para la formación de generaciones de relevo.
El nuevo circo de Caracas actualmente. Foto: blog metalimperioblog
El Toreo en Venezuela vive momentos precarios, y está siendo atacado por distintos flancos. Desde el lado político, organizaciones supuestamente no gubernamentales y alimentadas con dineros de la hacienda pública, se suman al movimiento antitaurino internacional. El punto de apoyo más sólido que han encontrado los enemigos de la Fiesta en Venezuela ha sido la inactividad taurina en Caracas, su capital, ya que el Nuevo Circo de Caracas cerró sus puertas en 1997, y desde entonces el inmueble vive un proceso de recuperación arquitectónica, dada su condición de patrimonio nacional.
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