31/10/14

En Memoria a Manzanares padre

Foto: periodistadigital.com

Columna: El Ruedo

por: Fabián Díaz Sánchez

Saludos a la afición y al público numeroso quienes se dan cita en las corridas de toros; amigos, el toreo está de luto por estos días, se ha ido uno de los grandes toreros que ha dado la fiesta de los toros; tenía el don de la clase, el temple y el arte, todo esto lo acompañaba con un toreo de suavidad que resultaba exquisito. Como se refirió don Paco Camino cuando se enteró del deceso, Manzanares tenía una gran torería; creo que esta palabra resume el toreo del maestro.

En lo personal es el torero de mas clase y pellizco como le llaman los sevillanos al arte, que he podido apreciar; lo recuerdo la tarde que lo vi en el Nuevo Circo de Caracas, alternando con Carlos Osorio "Rayito", y el mexicano Juan Diego, creo fue en el año 79; recuerdo que me acompañaban el doctor Arnaldo Rincones, quien había sido presidente de la Comisión Taurina de Valencia, y César Augusto Reverón Alvarado, el popular y querido "Cara", que por cierto era gran admirador de Manzanares y su amigo personal. Bueno, al salir de la corrida nos dirigimos al Anauco Hilton, sitio este donde se hospedaba Manzanares; compartimos en su habitación que era tipo apartamento: amplia, lo acompañaban: su apoderado y otros aficionados amigos; persona sencilla y amable era el Maestro.

Otro recuerdo grato que atesoro fue la corrida de la primera Feria en Honor de la Virgen del Socorro del año 85, corrida esta organizada por mi padre: John Diaz Carabaño, su primo Rafael Carabaño y la colaboración de don Jerónimo Pimentel; la corrida comenzó con tres toros mansos; pero salió el cuarto toro y Manzanares le corto las dos orejas; una faena magistral a base de naturales; le siguió Tomás Campusano con otra gran faena de dos orejas; y Bernardo Valencia, que era un gallo, no se quedó atrás y se echó un arrimón para cortar dos orejas; al final, los tres toreros a hombros; esta fue la última vez que se lidiaron toros mexicanos de Manuel de Haro, en Venezuela.



De esa corrida valenciana hay una anécdota buena: Ya que fue invitado Alfredo Sadel, que por cierto era gran aficionado a los toros, Sadel cantó el pasodoble Silverio Pérez a capela desde el palco presidencial, debido a que el audio de la plaza monumental no sirvio, pero Sadel con su gran voz inundó los tendidos con el pasodoble.

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