por:Giovanni Cegarra
Satisfecho del deber cumplido, en bien de su tierra tovareña, ha madrugado este domingo 29 de junio, consagrado a San Pedro y San Pablo, Alfonso Ramírez El Polaco, tomando sus maletas para dejar el mundo terrenal y partir, en Santa Paz, al Reino Celestial.
Poeta, escritor, abogado, compositor, legislador, correcto, acucioso, duro cuando la circunstancia lo ameritaba, así fue en vida, este entrañable amigo taurino tovareño, defensor a ultranza de nuestra Fiesta Brava, que hoy se nos fue sin despedirse, dejándonos su ejemplo de lucha, tesón, constancia, rectitud, honestidad, humildad, que le dignifican entre el colectivo que le vió nacer y crecer.
Alfonso Ramírez El Polaco, taurino por excelencia, fue incansable por el bienestar de los tovareños, de los merideños, de los venezolanos, para él no había excusa a la hora de tomar las riendas de lucha por las justas reinvindicaciones de todos. Recuerdo siempre, una vez me dijo en su casona paterna no dejes de escribir como lo haces, directo y preciso, sin dañar a nadie, no bajes la guardia nunca, la vida es una sola y debemos saber disfrutarla, que los demás la disfrutan también, esto a propósito de los entretelones que giraban en torno al cambio de nombre del hoy Coliseo El Llano de Tovar.
Polaco, feliz viaje al Reino Celestial, tu labor terrenal bien cumplida está, nos dejas mucho, Paz a tus Alma.
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