10/6/14

Los Apoderados

¿Sabe usted quién apoderaba Joselito, El Gallo, Guerrita o Bombita en sus temporadas gloriosas? Foto: Rafael Guerra “Guerrita” y Ricardo Torres “Bombita” / blog larazonincorporea

por: Víctor José López EL VITO

El Capítulo VIII del libro biográfico de Chávez Nogales sobre la fantástica vida de Juan Belmonte, relata cuando el trianero llegó a España en el año 14. Venía el maestro de México y de Sudamérica de vivir aventuras inimaginables entre la vida y la muerte, entre dictadores y guerrilleros y mujeres apasionantes que le indujeron a amores inconfesables. Cuenta en su biografía Chávez Nogales que “Juan desembarcó en la Coruña, donde le esperaban su padre y varios amigos, entre los que se hallaban su nuevo apoderado Juan Manuel Rodríguez, y su mozo de estoques, Antoñito Conde”. Los aficionados más curiosos, los más enterados y en especial para aquellos que conocen los rincones en la vida de los toreros, es muy difícil que se refieran a “los apoderados” en aquellas épocas de las edades de Oro y de Plata en la Fiesta.

¿Sabe usted quién apoderaba Joselito, El Gallo, Guerrita o Bombita en sus temporadas gloriosas? No se preocupe, ni ellos mismos lo sabían.

Nada que ver con el apoderado de ahora, y mucho menos tienen aquellos que ver con estas organizaciones que hoy agrupan a los matadores de toros, como propuso en su día el cubano Ángel Vásquez, se organizaran cual funcionarios la troupe de toreros, cuando él manejaba los toros en México. Era como el antillano entendía se debían administrar las novenas de béisbol.
Y ahora, estas organizaciones modernas que le asignan representantes a los matadores para que les acompañen en sus viajes, más no para que decidan negociaciones.

Retomando el tema de Juan Belmonte en1915, el trianero seguía representado por José Manuel Rodríguez; y de su importancia, como representante del maestro es una evidencia el famoso capítulo del “pleito de los Veraguas”.
Finalizaba la temporada y la empresa de Madrid anunció a Vicente Pastor y Juan Belmonte con toros de Vicente Martínez el 17 de octubre. Fueron rechazados tres toros de la divisa colmenareña, y la empresa propuso reemplazarlos con otros de Veragua. Lo hizo consultar con Juan Belmonte.

Juan Manuel Rodríguez prefirió los tres toros de Santillo que también estaban en los corrales. La empresa rechazó la solicitud del apoderado y este, acogiéndose a lo especificado en el contrato no aceptó los toros de Veragua.
Fue un pleito escandaloso. El duque de Veragua, entonces presidente de la Unión de Criadores, se enfrentó a Belmonte, no directamente sino a través de su apoderado, Juan Manuel Rodríguez. Aquella querella tuvo muchas aristas, las que podrían reunirse en generosos volúmenes los argumentos esgrimidos por las partes.

Antes, cuando Joselito y Belmonte acordaron un pacto de caballeros para enfrentar a las empresas, el trianero decantaba en el de Gelves el problema, cuando surgía cualquier situación de conflicto simplemente decía, “Lo que diga José”.

En su magnífica obra, El rey de los Toreros, Francisco Aguado, nos cuenta que “Hasta en los asuntos particulares del trianero era decisiva y salvadora la intervención de Joselito…”

Más tarde, unos cuantos lustros más tarde, el cordobés José Flores “Camará” se encargaría con todas las de la Ley de representar a Manuel Rodríguez “Manolete”. Camará hizo del apoderamiento una institución. Su escuela se prolongó a sus hijos Pepito y Manolo Flores Cubero, los “Camará”, que condujeron grandes figuras del toreo al estrellato profesional y la opulencia.
Muchos vieron el camino de la representación de un torero un sendero profesional, y siguieron las indicaciones de Camará”, las que jamás han sido escritas en libro alguno, de acuerdo a su propia interpretación de la vida.
Vale decir que grandes taurinos como Domingo González “Dominguín” y Manuel Mejías “Bienvenida” antes que “Camará”, fundaron sociedades en las que representaron toreros con mucha jerarquía como Rodolfo Gaona, Vicente Pastor, Domingo Ortega y por supuesto los retoños de las dinastías.

Fueron apoderados, empresarios, publicitas, de todo hicieron mientras condujeron grupos de artistas, se organizaron con influencia de organizaciones americanas, las que conocieron de cerca en sus muchas incursiones en nuestro continente.
Parecida a la organización de los Dominguín y Bienvenida fueron, más tarde, las creadas por don Pedro Balañá en Barcelona, don Pablo Chopera en San Sebastián y Bilbao y Eduardo Pagés Cubiña en Sevilla, inspiraron a don Livinio Stuyck, Fernando Jardón, los hermanos Lozano, Eduardo, Pablo y José Luis en Madrid a manejar con sentido integral empresas, toreros y ganaderos como se han manejado las grandes corporaciones en el mundo de los espectáculos.

Sin embargo, descubro en la intención de El Bardo de la Taurina, cuando me pregunta “¿Le parecería que abordáramos el tema de 'Los Apoderados, los hay; Taurinos, Éticos, Vivales, Ambiciosos, Esnobistas, Usurpadores y Chuflas…” que invita a destapar esa caja de grillos con los más pintorescos apoderados, ese grupo de la amplitud que indica Arturo que, creo yo, encabezarían personajes como Rafael Sánchez “El Pipo”, el abogado Higinio Luis Severino y un pelotón que de abordarlos ha de necesitarse todo el espacio de la Enciclopedia Espasa Calpe.

Pero, vaya antes de rematar, una anécdota. Me comentaba un destacado matador de toros, más que mi amigo mi compadre en los inicios del decenio de los años setenta, que “Cómo estará la Fiesta en México, compadre, que las figuras del toreo las apoderan un libanés, un venezolano y un argentino”.

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