18/6/14

El talante de Asotauro

las protestas que hemos formulado han sido sustentadas con argumentos y razones, no son el fruto de la pasión, del egoísmo o de otro rastrero sentimiento.

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Las entidades, como las personas, tienen un talante: el que le impriman desde su comienzo sus gestores.

ASOTAURO nació hace 7 años para enfrentar un poderoso enemigo como lo era el movimiento anti-taurino apoyado por las autoridades y gran parte de los medios de comunicación.

Adoptó también entre sus objetivos los de promover la Fiesta Brava, destacar sus valores, aglutinar los distintos estamentos taurinos y, en general, propender por el bienestar de la Fiesta.

Desde un comienzo, se levantaron algunas voces por el silencio de la entidad frente a los manejos de Cormacarena en contra de los intereses de la afición. Ello tiene su explicación, pues en ese momento se trataba de lograr la supervivencia de la Fiesta en Medellín amenazada de muerte por el Concejo Municipal, con el apoyo del Alcalde Fajardo.

Atendiendo esos reclamos, implementamos el sistema de los foros para analizar cada temporada en compañía de representantes de la Empresa, reuniones en las que pudo la afición expresar sus motivos de inconformidad, sus recomendaciones o sugerencias. Desafortunadamente, la Corporación hizo caso omiso de tales aspiraciones y la temporada taurina entró en franco declive, tanto en lo artístico como en lo económico.

No tuvo otra alternativa ASOTAURO distinta a la de apelar a los niveles más altos de administración de Cormacarena, vale decir su Junta Directiva y su Asamblea, para alertarlos sobre nuestro temor de que desaparezca la Fiesta por el aburrimiento del público, a menos que se hagan drásticas reformas en la administración de esa corporación, que le devuelvan la credibilidad frente al aficionado. Oídos sordos prestaron los ilustres dirigentes al problema taurino en la ciudad, convirtiéndose, ni más ni menos, que en cómplices del desastre anunciado.

En lugar de tomar esas sanas medidas, se otorgó carta blanca al Director de Cormacarena para que siga manejando a su antojo la temporada taurina. Con Luis XIV podrá seguir afirmando:”L´État cést moi” (El Estado soy yo), mientras sus convidados de piedra son informados de sus decisiones.

Y así fue como se anunció de inmediato la temporada del 2015 con menos festejos (no sabemos cuántos), se ordenó el cierre de los tendidos altos (lo que implica que los pobres no puedan volver a los toros) y se llamó un grupo de periodistas y amigos para que lo asesoren en esta nueva aventura.

ASOTAURO ha actuado fiel a sus principios iniciales: Sin ofender a nadie, sin afán de protagonismo y dentro de las posibilidades que le otorga la Ley, ejerció su derecho a disentir y a defender los derechos de los aficionados. Ante todo, somos respetuosos de la Ley y practicamos la diplomacia antes que la ofensa. La respuesta de algunos áulicos de la Empresa ha sido lanzarnos descompuestas frases e infundadas acusaciones que en nada nos moverán a cambiar nuestra actitud de criticar lo malo y respaldar todo lo bueno que se haga en bien del aficionado y de la Fiesta.

Practicamos también la coherencia con nuestros principios fundacionales. Defender la Fiesta no significa apoyar los errores de una gestión empresarial. Promover la Fiesta no es equivalente a aplaudir el mediocre y caro espectáculo que se le ofrece cada año al público de Medellín.

Contamos con la autoridad moral y la independencia para sustentar nuestra posición pues, como todos los aficionados, pagamos nuestra entrada y no recibimos cortesías de nadie.

Y, finalmente, las protestas que hemos formulado han sido sustentadas con argumentos y razones, no son el fruto de la pasión, del egoísmo o de otro rastrero sentimiento. Ese es nuestro talante.

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