15/5/14

Somos o no somos

En Venezuela, todos tienen que poner su grano de arena para que la Fiesta Brava salga adelante. Imagen: blog eltoroamarillo

por: Giovanni Cegarra

Disfrutando de un café en la ciudad en la que desde hace 42 años, hago vida profesional: Mérida, ciudad por demás universitaria, turística y taurina por excelencia, se me acerca un amigo y me pregunta de manera por demás sarcástica:

- ¡Epa compa…! ¿Crees que a estas alturas la Fiesta Brava en Venezuela salga adelante?
y de una, sin pensarlo una vez, le respondo:
- ¡Claro que sí…! ¿Por qué no habría de salir adelante? Si se quiere se puede; no tengo duda en ello, a pesar que algunos, inmersos en la Fiesta, digan lo contrario; siempre lloriqueando de que las cosas están difíciles.

Sin dejarle tomar respiro le replico al intrigante amigo:
- Acá en Venezuela, somos o no somos en la Fiesta Brava.

En Venezuela, sin lugar a dudas, todos tienen que poner su cuota o grano de arena para que la Fiesta Brava salga adelante. La pasividad ha sido uno de los flagelos que ha invadido a lo taurino venezolano; y para la muestra, un botón: Quedó en el olvido lo de la Ley Taurina Nacional en el seno de la Asamblea Nacional Bolivariana, cuyo impulso arrancó con mucho brío y terminó con extremo escalofrío. Ya ni recuerdan del Proyecto.

Punto primordial e imperante en el fortalecimiento de la Fiesta Brava en Venezuela, es entre otras cosas, el reactivar, impulsar y apoyar a las Escuelas Taurinas existentes en el país; a lo que sumamos, la necesidad de que en las ciudades, donde exista una Plaza de Toros, las Comisiones Taurinas habiliten espacios, cada semana, quincena o mes, para tertulias en las que se diserte sobre la Fiesta, se instruya cómo entender y presenciar un espectáculo taurino; es decir, se enseñe al aficionado, todo lo del mundo del toro, que no solo se suscribe a una novillada, festejo, corrida de toros, hay mucho que aprender y conocer del entorno interno y externo del Arte de la Tauromaquia.

Por eso, somos o no somos, en la Fiesta Brava.

Me replica el amigo:
- Y qué me dices de los políticos, ¿Apoyan realmente la Fiesta Brava?

De nuevo, sin que me quede nada por dentro, le respondo:
- En verdad, de los políticos no espero nada; son más falsos que Judas; pero debo reconocer que algunos -y muy contados- apoyan la Fiesta Brava; una que otra Autoridad Pública y Municipal, uno que otro Legislador, Concejal o Gobernador, son taurinos; y considero que ellos deberían dar el ejemplo a nivel regional y nacional, en hacer entender a sus colegas, la importancia socio, cultural, turística, económica, que en el desarrollo integral de una Aldea, Caserío, Pueblo, Ciudad, Estado, País como el nuestro, significa la Fiesta Brava; una fiesta de la que todos se benefician, sin distingos de clase y posición.

En la Fiesta Brava de verdad, somos o no somos y en estos tiempos de difícil coyuntura socio política económica, como bien lo dejó sentado Alexander Guillén, torero merideño venezolano, tenemos que hablar menos y trabajar más por ella, con suma afición y pasión. Lo demás es cuento… y olé.

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