12/5/14

Antonio Ferrera se encumbra en Sevilla, aún sin la espada

El español Antonio Ferrera, ya conocido en ferias venezolanas, dio el campanazo que lo proyectará aún más en Europa. Foto:

por: César Omaña
Director de venezuelataurina.com

El torero español Antonio Ferrera, ya conocido en diversas plazas venezolanas, se pondrá caro luego de que este domingo 11 de mayo en el cierre de la Feria de Abril en Sevilla, lograrar la faena de la feria que lamentablemente no pudo coronar con la estocada perfecta para cortar las dos orejas.

Desde la transmisión de Carrusel Taurino, la cual llega vía web a todo el mundo, los comentarios de lo hecho en el ruedo por Ferrera presagiaban el encumbramiento tal como lo que sucedió con Manuel Escribano el año 2013, cuando al sustituir a El Juli rompió el maleficio de estar a la saga del escalafón de toreros para ponerse al frente de carteles importantes en Europa.

Ferrera ha estado en la Feria de San Sebastián en San Cristóbal, en Mérida, en Maracay, en Valencia y Maracaibo; con este triunfo que no fue todo lo redondo que pudo ser, Antonio Ferrera será ahora un caro nombre para colgar en carteles de las venideras ferias de esta nueva temporada nacional

Al igual, lo reseñan diversas crónicas de medios imnpresos y electrónicos; por este motivo presentamos algunas de ellas para



**** CRONICA DEL DIARIO LA RAZON ****
Faena cumbre, pero sin espada, de Ferrera a un gran toro de Victorino

11 de mayo de 2014. Paco MORENO. Sevilla.


Antonio Ferrera torea al natural a «Disparate», cuarto de Victorino Martín. Foto: López-Matito

La Maestranza (Sevilla). Última de la Feria de Abril. Se lidiaron toros de Victorino Martín, bien presentados. De excelente juego, el 4º, bravo y encastado. El 5º, de muy buen pitón izquierdo. El resto, complicados y deslucidos. Casi tres cuartos de entrada.

Antonio Ferrera, de obispo y oro, pinchazo, estocada (palmas); media caída, estocada (oreja). El Cid, de tabaco y oro, estocada casi entera (silencio); estocada (algunos pitos). Iván Fandiño, de amapola y oro, dos pinchazos, media tendida, descabello (silencio); estocada (silencio).

Hubo que esperar al antepenúltimo toro. «Disparate», de Victorino Martín, se cruzó con Antonio Ferrera para firmar la faena de la feria. Cumbre del torero extremeño que tejió en La Maestranza la mejor faena de toda su carrera profesional. De dos orejas, con mucha fuerza, de no haber marrado con el acero, que dejó el premio en un trofeo. Cumplió con el capote y protagonizó un sobresaliente tercio de banderillas, rebosante de torería. El toro iba a más y el torero creció una enormidad. Sus naturales fueron cumbre, plenos de temple y profundidad. El extremeño vio muy pronto al toro y ayudó a que rompiera. A partir de ahí, el delirio en La Maestranza. La faena se elevó por encima de lo imaginable cuando soltó el estoque y con la muleta en la diestra bordó el toreo aún más profundo al natural. Un cambio de mano y un muletazo sobre la izquierda que no se olvidarán en años. Fue la faena de la feria. Sin duda. Y, seguro, también la mejor de la carrera de Ferrera. Lástima de espada: el trofeo hubiera sido doble.

Antes, rompió plaza con un primero muy complicado, que se quedó corto, miró mucho al torero y se revolvió con prontitud. Intentó faena el extremeño por ambas manos, sin poder dominar la difícil situación. Cambió los terrenos, pero el animal, muy reservón, se fue a tablas.

El Cid cumplió con el capote y le debió ver algo bueno al toro, pues lo brindó y se clavó en los medios para plantear una faena primero al natural, pero el de Victorino apenas pasaba. Cambió al toreo en redondo y no pudo pasar de muletazos meritorios en los que expuso mucho. El animal embestía, cuando lo hacía, sin celo ni raza.

El quinto, sin embargo, tuvo muy buen son. Especialmente por el pitón izquierdo cuando logró mostrarlo el de Salteras. Fueron naturales de bella factura, que hicieron concebir esperanzas. Se atisbaba otra faena grande, pero las ilusiones se fueron difuminando y el diestro no terminó de rematar su obra. Terminó provocando el enfado del público.

Toreó con la capa Iván Fandiño a su primero para sacarlo a los medios. Fue el preludio de una labor más técnica y de disposición que de lucimiento, porque el burel apenas pasaba y cuando lo hacía mostraba sosería y falta de raza. Tanto que acabó junto a tablas.

Tampoco tuvo suerte con el «Victorino» que cerró la feria. Una res que sacó genio en el capote y lo que tomó a saltos. Se rebrincó aún más en la muleta y cabeceó para terminar como su hermano junto a las tablas. Disposición de Fandiño, que logró robarle algunos muletazos aceptables, pero sin edificar una labor sólida. Mala suerte en su paso por Sevilla.


**** CRONICA DE DIARIO EL MUNDO ****

Ferrera cuaja un gran victorino

Corta una oreja en una faena que sólo la espada hizo que no fuera de dos; El Cid no termina de acoplarse con el otro toro de una tarde sin suerte para Fandiño.


Toreo al natural de Antonio Ferrera. CULTORO
POR: CARLOS CRIVELL - 12-05-2014

Caminaba la corrida de Victorino por sendas preocupantes. El primero fue manso total; el segundo y el tercero, muy cerca de las alimañas. No pintaban bien las cosas. Y en esto salió 'Disparate', un toro bizco del izquierdo, degollado, de esos de Victorino que no suelen fallar. Se picó bien aunque el toro se lo pensó mucho a hora de acudir al caballo. Se picó mucho. Por la plaza fue dejando charcos de sangre. En algunos tendidos se protestó porque no parecía sobrado de fuerzas. Acertó el palco al dejarlo. Ya en el capote de los banderilleros de Ferrera comenzó a hundir el hocico en el albero. Era un toro de embestida sensacional y solo pedía un torero.

El torero fue un renovado Antonio Ferrera, que había puesto tres pares de banderillas brillantes, dos de poder a poder citando en corto y un tercero al quiebro.

Se lo llevó al centro después de brindarle a Litri hijo. Allí, toro y torero ofrecieron un concierto inolvidable. El toro abrió surcos en la arena al compás de la muleta de Ferrera que fue dibujando pases muy largos, a veces muy lentos, siempre llevando prendido al toro en su muleta y citando con el palillo, de baja que viajó la franela. La plaza vibró como nunca en esta triste Feria. No era un entusiasmo triunfalista. Fueron ocho o nueve tandas, mejores las del pitón izquierdo por su extrema cadencia y lentitud, para rematar con los de pecho completos. Tiró la ayuda y se relajó toreando con la derecha, ligó un natural con un molinete y uno de pecho eterno. Una borrachera de toro y de torero.

Lo quiso matar en el centro, fue su opción, aunque luego se le pueda achacar que no fue la mejor. Media baja y otra entera desprendida acabaron con la vida de un disparate de toro que llevó ese nombre. Uno de esos toros que le han dado el prestigio a esta ganadería. Un toro que se encontró con este extremeño de Ibiza en un momento de reconversión absoluta, alejado del torero de antaño, maduro, sabio en la lidia, oportuno en los quites, sobrado en todos los gestos y torero en todo momento. Es una delicia ver a este Ferrera en esta nueva dimensión. Cortó una oreja cuando era faena de doble trofeo, pero en el fondo era lo menos importante. El placer de ver una labor redonda de un torero tan capaz a un toro tan bueno justifica muchas cosas.

El otro toro fue el quinto. Fue un animal rematado en su tipología, también degollado, bien conformado de cuerna, que tambien tardó mucho en acudir al caballo. El Cid se lo brindó a Emilio Muñoz. No se le había podido ver en una lidia farragosa, pero ya en los de pecho por la izquierda de las dos primeras tandas, por la derecha, se desplazó largo. A la tercera se echó Manuel Jesús la muleta a su zurda. El toro parecía otro por este pitón. De nuevo uno de Victorino con el hocico por el suelo en un viaje templado y largo. El torero de Salteras logró muletazos buenos, pero le costó conjuntar una faena. Además, este toro duró menos, de forma que al final fue acortando su buen viaje. Para colmo, el público no estaba con el torero, el de Victorino lo llenaba todo, de manera que a El Cid la tarde se le puso negra. Algunos de sus naturales con la figura relajada nos recordaron al torero de otoño en Madrid. Pero faltó unidad. Tampoco era para pitarlo como hicieron algunos.

El resto de la corrrida cuenta poco. El primero fue un manso que se fue a las tablas en cuanto Ferrera le intentó bajar la mano.

El primero de El Cid era tan soso como de viaje corto. Intentó el torero taparlo mucho pero no se enmendó la cosa.

Fandiño, que ha ha tenido un suerte negra en la Feria, tropezó primero con uno que después de la primera tanda con la izquierda ya estaba buscando las tablas. Fue meritorio que lograra enjaretarle algunos naturales tirando de su anatomía. La rajada final del toro fue escandalosa. Al de Orduña le debía quedar, en teoría, uno bueno. El sexto era muy alto. No parecía la solución para el torero vasco. Salió buscando al torero cuando quiso pararlo. No humilló nunca, era difícil que lo hiciera, y así se le fue a Fandiño la Feria y todos este extraño ciclo. Al final, 'Disparate' y Ferrera dejaron un buen sabor de boca.

Ficha del festejo

Plaza de toros de Sevilla. Domingo, 11 de mayo de 2014. Casi tres cuartos de plaza. Toros de Victorino Martín, bien presentados en el tipo de la casa, de juego desigual. Manso el 1º; complicados 2º y 3º; noble y de gran calidad el 4º; buen pitón izquierdo el 5º, y de poco juego el 6º.

Antonio Ferrera, de nazareno y oro, pinchazo y estocada (palmas). En el cuarto, media caída y estocada desprendida (una oreja).

El Cid, de tabaco y oro, media trasera (silencio). En el quinto, estocada caída (división).

Iván Fandiño, de grana y oro, tres pinchazos y descabello (silencio). En el sexto, estocada (silencio).



**** NOTA DE CULTORO ****

GALARDÓN: Ferrera para el recuerdo


Unanimidad en el jurado a la hora de otorgar este galardón a lo más destacado de la Feria de Sevilla

Por CULTORO, Sevilla - 12 de mayo del 2014

El torero Antonio Ferrera ha sido galardonado con el XII Premio Taurino "Al Detalle para el Recuerdo". El galardón, instituido por la cadena Vincci Hoteles, premia lo más destacado de los festejos taurinos de la recientemente celebrada Feria de Abril 2014 de Sevilla.

El Jurado del premio, constituido por reconocidos críticos y aficionados taurinos, decidió conceder de forma unánime el galardón a Antonio Ferrera, "por la sensible torería mostrada en su faena al cuarto toro de la tarde, nº 86 de nombre Disparate de Victorino Martín con peculiar novedad de enterrar el estoque en el albero para torear al natural con la mano derecha, así como por el incomparable afán de triunfo demostrado a lo largo de toda la tarde".

El Jurado del premio del Hotel de Sevilla Vincci La Rábida está compuesto por aficionados y críticos taurinos de la talla de Ramón Vila, Luis Manuel Halcón, Juan Manuel Albendea, Rafael López Palanco, Miguel Serrano, Vicente Ramos, Enrique Moreno de la Cova, José Murube, José Morillo y Rufino Calero Cuevas, presidente del mismo y de la cadena hotelera que da nombre a los premios.



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