Paco, el hijo de Lucía, elevó a las cumbres la guitarra calorrí hasta altas dimensiones. (Foto: EFE / JOAO RELVAS)
por: César Dao Colina
Cronista
Valencia, 3 marzo 2014.- *NO es momento, Paco, para que se nos anude la voz. ¿Sabes por qué? Porque los Duendes de los artistas no tienen rutas ni escondites; algo así, como la vida de los gitanos ''guenos''. Tú, no eras Caló, eras ''Payo''; vale decir, ''no gitano'', pero, te amamantaste de la leche calorrí, que con eso basta para transformarse, para transmutarse, en los asolerados colmaos y fondas de la esencia y la pureza del Arte.
*Igual que tu amigo, Curro Romero, payo, pero gitano; ¿se entiende? Y, de tu otro, Camarón de la Isla, ese José Monge que te volvió loco la primera vez que lo viste en Jerez en una noche de esas largas que tantas copas, miradas, y humo no tenían modo ni formas de romperse o quitarse ''el sentío'', rasgarse las camisas y acariciar a las cuerdas de la guitarra en el fino toque de tus dedos como el torero a su capote de seda, con el matador a su roja tela…con bute en las notas y en los cites; en al amor y la locura…la risa y el fracaso; entre el pordiosero de capa caída y la mujer (''sakai'') de ojos morunos…
No eras Romaní pero sabías de la Libertad...
*SÍ, como amigo de los Romaní que equivale a gitano, calé, caló, calorrí, calí, a pesar de las duras órdenes de la casa de niño ''para que fueras el mejó''; la Libertad, hoy más que te has ''esfumáo'' a planos atemporales, es, o fue, estandarte que te sellaste de esa gente que andaba contigo, así, a pesar que con el tiempo, trataste de ''apartaros un poco de ellos'', y decimos en letras, ''trataste'', porque, lograrlo, ''te se'' fue imposible, más cuando la ''bajañí' -guitarra- llamada también por esta palabra por esa raza, así no lo acepten muchos, esa guitarra con sus tensas cuerdas, esa Sonanta, fue la amiga y enemiga de tierras, suelos, espacios, vuelos, escenarios, giras, mundos con sus micromundos, en fin, en la Libertad de un Arte que logra engarzarse en los tejidos bordados sobre el tapiz de la grandeza del Flamenco lejos del encajonado inmovilismo.
No eras gitano pero de la cuerda de los geniales...
*NO, pero sí; cuantos no se sentaron a tu vera, a tu lado, desde mozo, con los grandes cantaores y cantaores, bailaoras y bailaores, palmeros mientras que los fantasmas nocturnos de las enredaderas daban mudez a los jipíos entre las sillas con mimbres de sal y de tangos, soleares, bulerías, fandangos, seguiriyas, ALEGRÍAS, mineras, mirabrás, serranas y cantiñas con sus voces afillá y barnizadas de alquitrán para llegar con su solera a la inmensidad de la interpretación en aquellos ''palos'' o estilos que hacían en cerrados o patios entornados en un verdadero manicomio ''que quitaban las tapearas del sentío''.
Eras días cuando los cielos se ponían malvas, cuando andabas con los calés.
* NO ERAS ROMANÍ, pero sabías, por tus vecinos de correrías que ''Bato'', era padre; ''Bata'', madre…que ''Rom'' era hombre y ''Romí'', mujer; ''Chavó'' era hijo y ''Chaví'', hija entre tantos ''Cojanós y chorrós-''- mentirosos y malos- que iban en el ''verdó''-carro- a pegarse unos copetines cerca de la casa de Carmen ''La Canosa'' y algunos torerillos se arrimaban, disimuladamente, a la barra a sobar el mesón con los nudos de las manos para acompañar el compás, o con palmas al compás agitanando el recinto…
Pero un día volaste solo con tu "Bajañi"
*No eras de ellos; pero eres de ellos…sigues siendo de ellos, porque uno de sus símbolos sagrados, como ceremonias alta entre sus faraones es la Bajañi, la guitarra, la sonanta y te la llevaste solo por todos los mares y continentes para hacerla, convertirla más que Universal, con un virtuosismo envidiable, abotonada en el Flamenco en las más altas dimensiones de la música culta…el Jazz, la música árabe, hindú, clásica, bossa, la nuestra, cambiando de rumbo, a golpe de amarras, repetimos, el Flamenco; tomaste de un peruano el cajón, y, así, no declinaste nunca la palabra gitana como hacen otros.
*Ah, y más en la costumbre reductora de otros artistas, no abandonaste la Pureza de la Tradición ya habiendo cambiado de Rumbo el Flamenco, lo que era fácil y nada te detenía en experimentarlo.
*A TI, a quien en los albores de tus inicios te llamaban Paco el de La Portuguesita, arrastraste hasta el final, así estuvieses retirado por tantos años entre el mar y la selva, en ese mar que te acoquinaba el alma y el espíritu, como buen hombre de Al Yazira (Algeciras), donde están mis Hermanos del alma, los Hermanos Mera, uno, Victoriano, ese que era tu amigo de pasos y voces, siempre ubicaste la guitarra, en la misma raíz de su procedencia, de sus raíces, lengua y de su vocabulario con su carta de naturaleza.
Tantos premios y homenajes ¿Pero, Boston?
*MUCHOS galardones; los de España, tantos, en veladas que se cantan y se rezan….pero, más allá de tu mar -ese mar que nos hace común de alguna manera- un buen día caminaba con mi hijo Haisar Eduardo hacia el Fenway Park para presenciar un partido entre Boston-Yankees -y vale el cuentillo porque tú fuiste más que Internacional- y pasando por el prestigioso Berklee College of Music of Boston, y medio deteniendo los pasos para quedar frente a su augusto frente, me dijo: -''Papá, aquí le confirieron el Doctorado Honoris Causa a Paco de Lucía y es el primer español que luce en el Cuadro de Doctores de esta distinguida Institución''…y, la reiniciada caminata se hizo más breve, leve, más liviana, haciéndose más cercana dentro de las más ilusorias utopías...
*TE falló el ''Garlochí'' -corazón''- por esta América de refugio y soledades; esta que te inspiró gestos y arpegios cuando estabas ''Tumbáo'', porque, para ti, la inspiración era su sinónimo; tú, no hablabas de inspiración y tampoco, como agnóstico al fin, te costaba que lo absoluto lo comprendiera la mente humana, pero, como ''anduviste'' con los gitanos, y para darle el reverso a la medalla, sabías que la palabra DEVEL, era DIOS, y como escribiera Juan Carlos Luna, ''que resumen a la perfección los sentimientos calé:…Yo soy rico/porque toda la riqueza/la alegría y el pan/ lo encuentro en mi libertad''...
César Dao Colina
Cronista
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