por: Giovanni Cegarra
La algarabía por las festividades navideñas reina en todos los hogares del mundo, en los que se reúnen todos, en familia, para desearse los mejores augurios y pedirle al Niño Dios, vida, salud, prosperidad, felicidad, se cumplan los sueños más codiciados.
La gran familia taurina también celebra, goza, disfruta, como todos en el mundo entero, de los festejos navideños, en el marco de una tradición, que al igual que la Navidad, perdura en el devenir del tiempo.
Me preguntaba un buen amigo ¿qué pedirías al Niño Dios para la Fiesta Brava? y "más rápido que inmediatamente" le dije: Salud, antes que nada, para todos; que la estrella de Belén y la mano de nuestro Niño Dios, bendiga e ilumine a todos los Gobernantes del mundo entero, donde se vive y convive la Fiesta Brava, para que ofrezcan, sin distingos de clase y posición, su valioso esfuerzo y voluntad para que lo taurino mantenga perenne permanencia, se fortalezca, se impulse, sea Patrimonio Cultural Universal Inmaterial; que quienes, vayan a ser elegidos como Autoridades Taurinas en el 2014, tengan tradición, experiencia, afición y profesionalidad en el ejercicio de sus funciones y no sean, personajes paracaidistas.
Qué mejor pedimento al Niño Dios, ojalá así nos lo traiga, a la Fiesta Brava.
Feliz Navidad para todos, el Niño Dios les traiga dicha, salud, felicidad en sus hogares, les traiga lo mejor de lo mejor.
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