Para el novillero tachirense 2013 deparó una extraordinaria campaña taurina que cierra con 2 orejas y 1 rabo en Tota, Boyacá (Colombia). Foto: Paseillo.pe
por: Oscar Eduardo Fernández-Guillén.
@OscaritoFG
Mérida, Venezuela.- El tiempo no perdona, pues transcurre inexorablemente. Escasas horas restan para que este 2013 llegue a su fin e inmediatamente se abran las puertas del 2014, año que –como todo lo desconocido– arribará con la incertidumbre del futuro, pero lleno de aquella esperanza que emana del corazón de los hombres de buena voluntad porque día tras día sea mejor.
Al cierre de este año muchos son los que echan la vista atrás para evaluar el camino transitado a lo largo de él, forma válida y quizás efectiva para analizar actitudes, aptitudes, logros, éxitos o fracasos; con el fin de auto examinarse y sentar las bases de los propósitos que encarrilarán el venidero 2014.
Propicia sea la ocasión para hacer cuentas y/o rememorar la carrera de quien hoy por hoy se erige como el novillero de mayor relevancia y futuro en el acontecer taurino venezolano, sin que sea descabellado etiquetarlo como uno de los más importantes de Iberoamérica. Se trata de Jesús Enrique Colombo, el niño torero de Táriba, estado Táchira, quien cierra el 2013 con un brillante palmarés forjado dentro y fuera del país a base de constancia, pundonor, y resistiendo con estoicismo los avatares que depararon los senderos.
Su rodaje en el transcurso del año puede resumirse como una campaña impecable. Ha sido el venezolano con más triunfos a nivel internacional, con destacadas actuaciones en suelo hispano y ruedos de la América Latina. Cuantitativamente las cifras hablan por sí solas: ha toreado 12 festejos en Perú y otros 14 en distintas localidades de Colombia con sonoros triunfos en Toledo (dos orejas y rabo); Belén; Sardinata; Pesca; Sativasur; Tasco; Manizales y Cali, donde salió por la Puerta Grande del Señor de los Cristales de la Cañaveralejo el pasado 30 de noviembre.
En España participó de dos festivales organizados por la Escuela de Tauromaquia “Marcial Lalanda” de Madrid, institución en la que se halla matriculado y que le ha servido para demostrar sus cualidades ante expertos en el Arte de Cúchares, como el diestro español Óscar Higares del cual obtuvo las mejores impresiones tras presenciar su desempeño.
En Venezuela las estadísticas suman 2 actuaciones: una en la Feria de su lar nativo Táriba, y la otra en la Feria de Tovar, estado Mérida, donde recibió 4 orejas en un espectáculo por demás escabroso y humillante, recordado como la ‘guinda’ del inefable ciclo, el más desastroso de la historia taurina tovareña, en el que las autoridades hicieron de las suyas: unos abusando del poder y otros ‘escurriendo el bulto’ por temor a absurdas represalias judiciales.
A pesar de tal vicisitud, que incluso trajo consigo la vil persecución de sus padres dentro del coso por algunos funcionarios que cumplían órdenes de la “Defensoría del Pueblo” local, como si se tratase de delincuentes y no de personas respetables que apoyan y acompañan la carrera de su hijo, Colombo se mantuvo estoico y fiel a su público que no le abandonó en dichas horas de amargura e impotencia.
Mientras los cuerpos de seguridad acataban el mandato de impedir el acceso de los menores de edad al Coliseo “El Llano” de Tovar y buscaban a Colombo y a sus padres para retenerlos, la delincuencia desbordaba las calles de la Sultana del Mocotíes, pues los efectivos de “seguridad” casi en su totalidad estaban dentro de la plaza de toros y no en los espacios públicos que fueron tomados por quienes sí delinquen en medio de la más absoluta impunidad, reinante en un país cuasi al revés.
Tal resistencia por sí sola le confiere el reconocimiento de la afición y su estampa se erige como la efigie de 2013 esculpida a fuerza de constancia y estoicismo, pues no sólo lidió con lo ya citado sino también con la comidilla de los mentideros taurinos plagados de envidia, retaliación y la más repugnante hipocresía, cuentos de nunca acabar.
Para Jesús Enrique Colombo, borrando las manchas de la persecución, los atentados contra la libertad de ejercer su actividad en el territorio nacional y la crisis socio-económica que inunda la nación, 2013 termina siendo un gran año; máxime, cuando ha recibido importantes reconocimientos y expresiones como la que sugiere que después de los Girón es él el primer venezolano que alcanza actuar más veces en Colombia.
La citada temporada 2013 fue cerrada este 29 de diciembre en Tota, Boyacá (Colombia), con más laureles. En novillada mixta se enfrentó ante un colaborador ejemplar de la ganadería “Las Ventas del Espíritu Santo”, propiedad del diestro neogranadino César Rincón, con 418 Kg. de peso al que cortó las dos orejas y el rabo tras una faena completa, cubriendo los tres tercios con dominio.
Por otro lado, las proyecciones de cara al 2014 incluyen su regreso a España, con más sueños e ilusiones debido a que ya cuenta con la edad mínima –16 años– para actuar de luces allí. Algunas conversaciones sostenidas al respecto permiten vislumbrar que toreará las novilladas sin caballos de rigor para, posteriormente, debutar con caballos en España el mismo año, en virtud de lo adelantado que se encuentra en el oficio.
Con la vista en puesta en América, Jesús Enrique Colombo dará apertura a la temporada 2014 en la vecina República de Colombia, país que le recibe con los brazos abiertos donde ya tiene un compromiso fechado para el día 5 de enero en Taura, Cundinamarca. Continuará el 20 del mismo mes en Tuta, Boyacá. Finalmente, retornará a Venezuela para actuar los días 22 y 26 en San Cristóbal, capital del estado Táchira, en el marco de la L Feria Internacional de San Sebastián 2014.
No cabe duda de que el éxito se cimienta en la perseverancia, la constancia y el saber hacer. Jesús Enrique Colombo es ejemplo fehaciente de ello, no en vano sigue siendo la esperanza de la Fiesta Brava nacional. Y como decía el gran poeta sevillano Don Antonio Machado:
“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.”
Suerte, torero…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario