5/10/13

Los que sólo se persignan

Foto: blog educacionreligiosaperu

por: Kike Rosales

La arremetida contra las corridas de toros es parte de un manejo que viene sucediendo desde hace tiempo; esa “criminalización” del espectáculo ha roto no solo el corazón, también el ropaje de quienes estamos metidos en esta especie de “masonería” que terminan siendo las corridas; una minoría en el mundo, que sufre de discriminación y el vulgar calificativo de “torturadores”; ese desconocimiento lo vivimos, lo sentimos, pero poco hacemos por enfrentarlo.

Vergonzosa fue, hace unos años, la mínima solidaridad que recibió el Dr. Rafael Escalona cuando él junto a unos pocos, enfrentó en la Asamblea Nacional la intención de acabar las corridas; el “taparse” por una gran parte de la llamada dirigencia taurina: Empresarios, ganaderos y algunos medios, quienes hicieron el silencio cómplice de apartarse de la pelea, las razones de ello cada quien las sabrá, pero la vergüenza es pública.

Conocido es el acto de Tovar, la humillación a Jesús Enrique Colombo contó con la ausencia de la Comisión Taurina (la autoridad) y la falta de apoyo a un torero por parte de la Asociación (la solidaridad), las quejas de el sobreprecio y la terrible presentación de los toros en distintos espectáculos es vergonzosa; el silencio de muchas Comisiones Taurinas y Escuelas que son ofendidas por esta malsana decisión de eliminarlas, además de esa actitud tan dada en el mundo del toro en este país de “anímese y hágalo” sin asumir con determinación la defensa de un acto que le sobran razones para lo mismo.

Si vemos tan pocos festejos menores,si no entendemos que el torero nacional tiene valor que no se lo dan (con la colaboración de él mismo),si no mejoramos el espectáculo con la vergonzosa presentación de las corridas,si el profesionalismo queda en duda como lo de las cuadrillas en Tovar, ¿De qué nos sirve en este momento alarmarnos por esta medida? 


Viene sucediendo desde hace tiempo la idea de acabar con las corridas y no se ha hecho nada, ni siquiera la intención de unirse los empresarios para fortalecer esto como negocio; la idea de mejorar la cabaña por parte de los ganaderos y el respeto que deberían tener los toreros nacionales quienes además se encuentran divididos en posiciones más personales que gremiales. El libro de José Saramago LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE; nos regala una línea que desnuda esta falta lamentable de capacidad de defender las corridas que estamos viendo en Venezuela; cito, “que dirán los vecinos cuando descubran que ya no están aquí aquellos que, sin morir, a la muerte estaban”, a estos síntomas de la muerte sobre las corridas de toros en el país la han ayudado muchos que hoy solo, se persignan.

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