Si mucho les duele que "le demos palo", pues dejen el miedo, destápense, tengan algo de vergüenza, den la cara por la Fiesta Brava, de la que han sabido vivir.
por: Giovanni Cegarra
Algunos me han recriminado -y no vayan a creer que me intimidan, por el contrario me alientan más- del por qué "le doy palo" a los Empresarios, Ganaderos, Toreros de la Región de Los Andes de Venezuela, porque no se han manifestado ni adherido a la lucha emprendida ante la arremetida y guerra a muerte decretada por la Defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez y sus lacayos, quien con un anteproyecto de ordenanza municipal antitaurina, pretende eliminar las Escuelas Taurinas, prohibir la presencia de niños, niñas y adolescentes menores de 18 años, en las corridas de toros que se celebren en las Ferias Patronales de dicha región y a lo largo y ancho del territorio venezolano y sinceramente, gracias.
Gracias, de verdad que sí, muchas gracias.
No se imaginan cuánto les agradezco esa recriminación pues "se recibe de quien viene" y parodiando aquella vieja consigna política puesta de moda en tiempos electorales venezolanos "ahí están, esos son, los que roban la nación" me permito llevarla a colación en lo taurino "ahí están, esos son, los enemigos que tenemos dentro y fuera de nuestra Fiesta Brava".
Mil Gracias, por demás extensivas, a los Empresarios, Ganaderos, Toreros Andinos, sin olvidar a los del centro occidente del país, salvo la Empresa Taurina de Valencia, Estado Carabobo; que se han tapado peor que los topos, los propios cuida puesto, cuida intereses, cuida divisas, muchas gracias por su mezquindad, indolencia, desinterés, por nuestra Fiesta Brava Venezolana.
De todo corazón, con afición y pasión taurina, con esa emoción que sentimos cuando observamos una novillada, una corrida de toros, un buen toro (uno que otro), una excelente faena, certera estocada, en cualquier Plaza de Toros de Venezuela, les doy las profundas gracias, a los tapados del toro, que ya no merecen ser nombrados, nos rayaríamos con ello, ya que nos han permitido gritar, a los cuatro vientos, "ahí están, esos son, los enemigos que tenemos dentro y fuera de nuestra Fiesta Brava".
Si mucho les duele que "le demos palo", pues dejen el miedo, destápense, tengan algo de vergüenza, den la cara por la Fiesta Brava, de la que han sabido vivir, convivir de lo lindo y de la que ahora se quieren desentender, de la manera más mezquina; no obstante, del lado nuestro, con la sinceridad que muchos de los tapados no tienen, gracias, "un Dios le pague" y olé.
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