por: EL VITO
Enviado a México
El pisar el ruedo donde Bernardo Gaviño y Ponciano Díaz escribieron las primeras líneas de la historia del México taurino, es emocionante para cualquier aficionado que tenga referencias de lo que esta ganadería significa. Su origen se confunde con la conquista de México, cuando se trajeron "doce pares de toros y vacas" de Navarra. Hernán Cortés originalmente llevó ganado menor a las Antillas, entre ellas la venezolana Cubagua, para luego y por Veracruz introducir bovinos a Centro América y México.
Narra la historia que Atenco vivió sus primeros siglos en manos de los condes de Calimaya, y más tarde, 1878, don Rafael Barbabosa Arzate convertiría esta ganadería en la madre de la ganadería brava mexicana.
Está escrito que en abril de 1897, Atenco lidió dos toros en La Habana, toros que lidió y mató Juan Jiménez “El Ecijano”, siendo los primeros toros mexicanos en ser toreados fuera de México, con divisa de Nuestra Señora de la Concepción, purísima y blanco.
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| EN ESTE SUELO MEXICANO ATENCO ESCRIBIÓ LA HISTORIA DE LOSTOROS |
El miércoles Erick Cortés, en su afán por llegar muy bien preparado a la Corrida de la Presa del 17 de noviembre próximo en la Feria de Nuestra Señora del Socorro en Valencia, se metió en el redondel donde el Caporal de Atenco, Ponciano Díaz para tentar vacas que se han seleccionado con los conceptos modernos de la cría del toro bravo desde que en 1910 los señores Barbaboza, sus propietarios, importaron de Pablo Romero 4 vacas y 2 sementales, y más tarde en 1925 adquirieron toros de la ganadería hermana de San Diego de los Padres.
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En 1958 Atenco fue adquirida por Luis Ignacio y Gabriel, quienes a su vez deciden enajenarla en 1968 a Juan Pérez de la Fuente. Este, que en 1977 agregó dos sementales zacatecanos de José Julián Llaguno, se hizo cargo de la ganadería hasta el día de su muerte el 5 de marzo de 1988 y la legó a sus actuales propietarios José Antonio y María del Carmen Pérez de la Fuenta.
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| Y el pueblo, propietario de La Fiesta, en la tapia del tentadero |
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