La novillada terminó con la sensación de una buena embestida de los novillos, el valor de los muchachos y la poca importancia que algunos le dieron al evento.
por: Kike Rosales.
El día amaneció lluvioso, como suele ocurrir en los últimos días. El cambio de ganadería no fue anunciado oficialmente, Campolargo no vino y salieron Rancho Grande y el Prado. Tuvo comienzos incómodos la novillada; más allá de la escasa presencia de público, debido a la falta de promoción, el acto arrancó 47 minutos después de lo anunciado. Los médicos no estarían en la plaza si no llegaba una ambulancia que, según los entendidos, debe tener un soporte avanzado y la que se encontraba en Pueblo Nuevo era una de soporte básico, eso no garantizaba la calidad en una atención de emergencia; para rematar el bucólico ambiente, cuando el anunciador daba vueltas al cartel anunciando la salida del primer novillo, el mismo salió de los toriles obligando al “morocho” (el anunciador) a pegar la carrera de su vida al burladero cuatro. Un comienzo tenso. Además el palco de la comisión taurina mostraba la ausencia de tres de sus miembros, quedando la autoridad en el Dr. Álvaro Moros Puentes y dejando la presidencia del evento en el Dr. José Gregorio Morales acompañados por el secretario Rodolfo Vivas y el médico veterinario Henry Servita.
Dentro de todo esto pudimos ver a los tres novilleros. Ángel Antonio Ramos cortó una oreja, se sintió mejor con el primero, mostrando así la intención de lo que quiere hacer al tomar esto como profesión; cortó una oreja merecida. En el segundo, un novillo toro, estuvo con la idea de agradar, dándole la importancia que tenía el noble animal; pero la cosa no pasó de ser una intención, no pudo repetir la actuación anterior.
A Ángel Miguel Guía le tocó apaga fuego, fijo y noble que fue premiado con la vuelta al ruedo. Quizás le faltó darle un poco de importancia a un novillo que tenía para más pases. En el segundo, Guía quiere levantar la poca asistencia recibiéndolo con una larga cambiada. Quizás el “bocinazo” le indicaba que había que darle más importancia al novillo. El novillo le terminó con la cara alta y escuchando Ángel Miguel un aviso.
Carlos Sulbarán mostró desbordantes ganas. En su primero, estuvo con suavidad y en los medios, dejando consentir la embestida del novillo. Mató de una estocada entera y trasera cortando una oreja. En el segundo, el novillo se le terminó rajando sin él poder someterlo.
Rancho Grande y el Prado mostraron nobleza y fijeza en casi todos los novillos. Uno (el segundo de la tarde) con vuelta al ruedo. Quizás se fueron al destazadero con muchos pases adentro.
Ángel Antonio Ramos Chacón: 1 oreja y palmas.
Ángel Miguel Guía: Palmas y silencio.
Carlos Sulbarán: 1 oreja y palmas.
La ausencia de tres miembros de la Comisión Taurina estuvo también acompañada por la falta de los empresarios. El único que estaba era el Dr. Alex Pereira.
La novillada terminó con la sensación de una buena embestida de los novillos, el valor de los muchachos y la poca importancia que algunos le dieron al evento.
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