Las clases prácticas de alumnos de la Escuela Taurina Cèsar Faraco no se han efectuado porque quien tiene la responsabilidad de financiarlas, quizás le importan poco…
por: Kike Rosales
La licitación de la plaza de toros de San Cristóbal lleva incluida la obligación de impartir 5 clases prácticas por parte de la empresa ganadora, esto convierte a la feria de San Sebastián en la única a nivel nacional que incluye una obligatoriedad taurina. Lo más curioso de esto es que la empresa Fabio Grisolía tiene la obligación de pagar un COMPROMISO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL, lo que corresponde al 1% de la contratación. Eso que está destinado a programas sociales, lo cancelarían las clases prácticas; es decir que la función social de ese impuesto está destinada a formar toreros, así como también a moldear un ciudadano integral.
Como se ve, las clases prácticas tienen un sentido social y representan el destino del dinero que se debe cancelar como impuesto. Es la primera vez que en muchos años luego de una licitación, a lo estrictamente taurino le queda algo, y la empresa ganadora tiene la obligación de pagar un impuesto que está destinado a la formación de ciudadanos a través de una escuela taurina.
Nunca antes una feria nos dejó algo, más allá de lo del espectáculo, lo que más podría dejarnos son el avance que las clases prácticas representan en el fortalecimiento de la fiesta, lo malo es que la empresa taurina Fabio Grisolía, sin honrar el compromiso, pareciera no entender la grandeza de esto.
Las clases prácticas no se han efectuado porque quien tiene la responsabilidad de financiarlas, quizás le importan poco…
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