Con algún retrasó se inició la primera de cuatro corridas, tarde noche en que se corrieron ocho toros de Los Ramírez, bien presentados, corrida cuatreña a punto de cumplir los cinco, bravos para los de a caballo, algunos se han dolido ante el castigo, complicados con problemas, a excepción del cuarto, quinto, séptimo y octavo que han tenido movilidad, el quinto, un toro con las barbas de un cinqueño, dio opciones de triunfo.
El primer toro para Curro Ramírez, ha sido distraído, justito de fuerzas, complicado, a lo que el torero abrió pasaportando a su oponente tras dos avisos y un golpe de descabello. El quinto, Curro Ramírez lo brinda al público, doblones, tres tandas derechazos, pincha, escuchando los tres avisos, pero al momento justo del tercer recado el toro dobla
David Galván, recibe al segundo con cuatro lances a la verónica; el de los Ramírez, se apagó muy rápido, sin fuerza, en el primer intento pincha, tras aviso cae el toro.
El sexto, David Galván, que la anoche anterior aseveraba, que si los toros no embestían sería él quien lo haría y, a fe que lo realizó, ejecutado una faena donde Galván pisó terrenos prohibidos, en un toma y dame, derechazos vibrantes firmados con vistosos remates. La música amenizó la entrega del enrasado David, naturales, derechazos ajustados aderezados con afarolados, un desdén y hasta un martinete en el epílogo de la vibrante faena; espadazo en todo lo alto hizo flamear los pañuelos, para que la presidencia otorgase la primera oreja de la tarde y de la feria.
El tercero de la tarde correspondió al debutante en Venezuela, Román, que sale dispuesto pero el toro siguió el sendero de sus hermanos; doblones, hubo tandas de derechazos, ante lo poco, le despacha pronto, después de haber pinchado.
En su otro oponente -el séptimo- de la corrida, Román, con mucha entrega, abre la faena con muletazos de rodillas, naturales y molinetes; la música acompañó el trasteo alegre de Román, despachó con prontitud.
En el cuarto de Los Ramírez, Jesús Enrique Colombo ha estado muy por encima del toro, manojo de verónicas a pies juntos, Colombo alegra la tarde-noche, con oficio y espectacularidad coloca tres pares de banderillas, brinda al soberano, tres tandas de derechazos, rematados por la espalda; se oye la música por primera vez en la tarde, pases en redondo, cala al toro en la suerte suprema; después de tres descabellos el toro cae.
En el otro, el último de la tarde, JE Colombo, le brinda al soberano, abrió la faena con estatuarios, ejecutado una faena variada jaleada por el público que había colmado en un cuarto del aforo el Coliseo; estocada fulminante que le valió el corte de una oreja.
Ficha del festejo:
Curro Ramírez, silencio tras dos avisos, silencio tres avisos.
David Galván, silencio tras aviso y oreja.
Román, silencio tras aviso, palmas y aviso.
Jesús Enrique Colombo, tibias palmas, tras dos avisos y una oreja.
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