Donde se fraguó con más intensidad, fue en el campo bravo, con un importante número de tentaderos Foto: Pedro Sánchez
Para los toreros hay años que marcan un antes y un después, temporadas que sirven de punto de inflexión para remontar el vuelo. Precisamente esto vivió en 2021 el matador de toros venezolano Curro Ramírez, que haciendo la lucha a la antigua está creciendo en su profesión, a la calladita, sin gran eco pero con la satisfacción de seguir alimentando su sueño que no es otro que vivir en torero.
La temporada del diestro de Tovar fue esencialmente de aprendizaje, toreando un buen número de festejos como sobresaliente, participando frecuentemente en turnos de quites. Pero donde se fraguó con más intensidad el año de Curro fue en el campo bravo, con un importante número de tentaderos donde se puso delante de becerras,vacas de retienta, novillos y toros, compartiendo con toreros de alto nivel y sobre todo en casa del diestro Jesús Janeiro "Jesulín de Ubrique", figura del toreo que le ha abierto las puertas de su ganadería.
Meritoria campaña de Curro Ramírez, digna de ser contada porque está llena de valor, sacrificio, entrega y afición en un año de esperanza para el futuro.
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