Fotos: Luis Cobaría
Antonio Suárez, el torero tachirense ha demostrado en cada presentación que tiene arte y valor; se presentó por tercera vez en su Plaza de Toros Monumental Hugo Domingo Molina, de San Cristóbal, a pesar estar doctorado hace apenas un par de años; pero más que eso, atesora una tauromaquia exquisita que sin aspavientos levanta los aplausos y el encantador grito del olé en la afición que asiste a la Monumental de Pueblo Nuevo.
El médico de profesión, muy a pesar de haberse lesionado de la rodilla derecha en la lidia de Taribero, al ser arrollado por este su primer toro de la ganadería El Prado, no amilanó y herido en su amor propio, salió al ruedo desobedeciendo la recomendación de los galenos de la plaza de no torear su segundo astado; y lo hizo, y vaya de qué manera, desparramando todo ese arte, y con mucha quietud y despaciosidad, pero también con mucho nervio, pues la lesión no le daba la estabilidad deseada.
En la lidia de Avi, como se llamó el toro de la Ganadería San Antonio, Suárez le entendió las embestidas e instrumentó una faena del agrado de los asistentes que aplaudieron la labor muleteríl del joven espada tachirense, la cual estuvo acompañada por la música; sin embargo Antonio Suárez no se engolosinó, procediendo con cabeza fría a ejecutar la suerte suprema, para conseguir los trofeos.
Y de ese modo, su bordado trabajo en el ruedo se vio recompensado con una oreja, ganada a toda ley y una merecida vuelta al ruedo en reconocimiento a su constancia y entrega, esa que sólo los toreros grandes tienen, y Antonio tiene la pasta de torero grande, no cabe duda de eso.
Tratamiento y terapias para poderlo ver en compromisos futuros
Al final de la corrida el torero salió por sus propios medios; sin embargo el diagnóstico de su lesión, según lo indica el propio torero, refleja una rotura del ligamento cruzado anterior y distensión del ligamento colateral de la rodilla derecha; en palabras del propio Antonio Suárez, se espera pronta recuperación, tratamiento y fisioterapias para estar a tono y presentarse en la Feria de San Sebastián y posiblemente en Mérida, ya que en ambos casos las conversaciones están bien adelantadas; de darse estas dos actuaciones su deber es guardar el reposo respectivo y parar después de estas corridas.
Antonio Suárez, arte por los cuatro costados.
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