Poema dedicado a La Fiesta de Toros en los tiempos de pandemia por el apreciado taurino Walo Dao. Foto: blogs-hoy
Voz: Carlos Bello G.
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SUEÑO EN EL TIEMPO
Dedicatoria
Con la muy especial dedicatoria ...
al bueno de Conchetto Ditomasi, por su ilimitada voluntad de hacer el bien;
a Carlos Damianoff, ser bondadoso en el presuroso tiempo;
a Ramón Espinal, amigo y amigo de mis amigos, a todos los médicos de buena voluntad;
al Dr. Henry Delprette, al Dr. Raúl Storey Tercero y a su ganadería del bravo toro;
a Otto Alejandro Moreno, máxima figura de la radiodifusión en Venezuela.
A los de plata:
Edgard Pérez "Perecito", a Carlos Saldaña, a Mauro Pereira, a Eliecer Paredes;
a los Rafael Tovar y Orta. A Rigoberto Bolívar, a Mario González;
a los hermanos Camacho a Perucho de Canarias.
A los valiosos hombres portadores del secreto del miedo de los toreros:
Eduardo Mirabal, Romel González, Ulises Aparicio, Pedro Cabrera;
y a Ángel Escobar, la Bola de Nieve de Girón.
A la gente del toro:
Siso Gago, Ricardo Cerrada, a Germán "El Pescao" Aguilar;
a los Raúl Cabrera del toreo, padre e hijo.
A mis sinceros y leales amigos;
a aquellos que no desearon quererme, y yo queriéndolos sigo aún
y, a todos aquellos que no tienen a alguien que los recuerde...
...o...
Como suele siempre suceder,
el ocaso de la tarde
esperar no se hizo,
de nuevo muchas copas trajo,
vino la noche,
el sueño llegó,
la madrugada apareció,
y en mi existir,
elementos del pensamiento.
En puerta de toril,
se asoma la Madrugá,
sin luz y gris por demás,
no sé si mientras dormía lo soñé
o solo pensé que un sueño soñaba;
una opaca y oscura luz,
muy cargada de carente luminosidad a mi mente se aproxima
y a preguntar comienza,
¿Qué pasa en nosotros sin la brava fiesta?
Continúa
y luego de nuevo
vuelve a preguntar,
¿Qué le pasó a la fiesta brava?
que adormecida se siente
sin Diamante y los Girón,
sin los Valencia y Morenito,
sin Mendoza "El Niño" y Julio "El Hijo",
sin Rubito, Pineda, Antich y Gómez Alí,
sin Oscar y Carlos Martínez,
sin Faraco, Alfredito Sánchez, Adolfo y Lucio,
sin los Joselitos: Torres y López,
sin Mito, Rayito, Ponzo y Celestino,
sin Yaracuy, Coronado, El Pino, Orellana y Alfonso Rondón,
sin Rivera, Boris, Pirela y Valenzuela,
sin Muñoz, Garrido, Duende, Cardozo y Otto Rodríguez,
sin Montero Maravilla, Rubí, El Venezolano y El Tovareño,
sin Cerrajillas y el Porteño,
entre otros muy escasos nombres más...
Y, ahora, al igual que la oscura luz
pregunto yo,
¿Por qué la fiesta adormecida quedó?...
Ya con las claras del alba
imaginé que
solo un fugaz sueño
nada más había sido,
de esos que suelen pasar
en madrugá cualquiera;
luego a dormir, volví,
deseando al despertar,
que los ansiados ruidos de los cajones
logre volver a escuchar
y así poder a viva voz gritar:
llegaron los Sebastianeros,
los Brangeleros
y los de Juan, llegaron los de Carora y los de Euclides,
allí vienen los de la Cruz de Hierro,
los de Cheo,
los de Grisolía,
los de Hugo Domingo
y los de Michelena,
allí están los de Aurelio,
los Bella Vista
y los Santa Fe.
Cómo quisiese poder volver a ver esos lances
y esos pases de los valientes
a los Marqueros,
a los de la Providencia
y a los sin igual Guayabiteros....
Al final,
me siento feliz
como complacido,
pues soñé con un mundo
que pensé
que nunca había existido...
Walo 2021
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