Mucho revuelo, con la renuncia masiva de los agremiados en la Asociación Nacional de Toreros (ANT), en una acción de unidad, por demás tardía, pues era una decisión que debían haber tomado hace tiempo, pero bueno, nunca es tarde, siempre y cuando, se encaminen, ahora, como debe ser, en la creación de un gremio que realmente trabaje por el bienestar social, de los profesionales del toro, en este país.
Esta renuncia, se produce en momentos en que la Fiesta Brava, se enfrenta, una vez más, al peligro de que sea cercenada, por un hachazo letal, que la haga desaparecer del mapa cultural venezolano, a través de tres leyes, hasta donde se sabe, que se cocinan en los curules de los Diputados, de la nueva Asamblea Nacional y a la fecha, desde que corre, como pólvora encendida la versión, no se ha visto, un pronunciamiento general, de quienes viven y conviven de lo taurino, surge la interrogante, de las mil lochas, ¿la defensa de la Fiesta Brava, donde está?.
Recuerdo, la otrora, Plataforma Taurina, que nace en Mérida, Estado Mérida, Región Los Andes, como bastión defensivo de la Fiesta Brava, todo lo que se hizo, a través de ella, para lograr frenar, la intención que prevalecía en el seno de la Asamblea Nacional, hace años, para eliminar lo taurino en el país y como reza el dicho, vino y fue como llegó, desapareció la Plataforma y ahora, nos enfrentamos de nuevo a la amenaza que nunca ha dejado de ser, latente entre quienes, se la dan de animalistas, figurones de poca monta, que como aves de rapiña, sobrevuelan nuestra afición y pasión, para borrarla del mapa cultural de Venezuela.
Por eso, a propósito de la unidad que surgió, entre los profesionales del toro, para renunciar, a la ya desquebrajada, Asociación de Nacional de Matadores (ANT), ante el resurgimiento del ataque legislativo hacia lo taurino en Venezuela, será que los taurinos en general, se podrán unir, alguna vez en la vida, con suficiente fuerza e ímpetu, para la defensa de la Fiesta Brava, o dejarán, que muera por efectos, de un plumazo legislativo nacional, por eso, la interrogante, en estos tiempos de crisis y pandemia de coronavirus, ¿la defensa de la Fiesta Brava, dónde está?, amanecerá y veremos y olé.
Tomado de www.antolincastro.opinionytoros.com
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