Nuestra fiesta ya venía agonizando antes de la pandemia; no echemos la culpa a terceros de nuestros desaciertos. Foto: Amazon AFVYH
El mundo del toro en Venezuela podría ser quizás, por su reducido tamaño y número de corridas, el más sencillo de entender y manejar a nivel mundial; y por algún motivo nos empeñamos en convertirlo en una abstracción tan compleja, que el mismo artista no termina de entender.
Conozco y estoy seguro que la mayoría de los taurinos conocen trabajos individuales maravillosos de profesionales y aficionados a la fiesta; también, seguro estoy que hemos escuchado o participado en movimientos a favor de la fiesta, que en su momento han sido de gran apoyo y han oxigenado el toreo en determinados momentos; pero la realidad taurina de Venezuela, nos golpea con tal fuerza que tengo que terminar reconociendo que todo lo mejor hecho, o pensado, no ha tenido más nivel o más éxito que lo mal ejecutado.
Entiendo que las circunstancias actuales no favorecen de por sí la vida misma, tan solo vivir nos ha obligado a una conducta inusual, y por supuesto el toreo no iba a escapar ileso a esta realidad; pero también es cierto que nuestra fiesta ya venía agonizando antes de la pandemia, y no echemos la culpa a terceros de nuestros desaciertos, la culpa nace en nuestras entrañas, nace en el yoismo de algunos, en la mediocridad creativa que nos ha acompañado a los taurinos, en un egoísmo ajeno a una competencia sana; y por supuesto, a la desunión que nos ha hecho víctimas de algunos de los problemas anteriores.
Si a esto agregamos los ataques (muchos) que recibe la fiesta por lo complejo y difícil de entender de la más bella de las creaciones artísticas y su dura realidad, entonces, solo entonces, entendemos por qué somos el país donde es peor ser matador de toros, el peor para ser ganadero, el peor para ser banderillero, el peor para ser aficionado, el peor para cualquier cosa que te junte al peor de los mundos taurinos.
Todas las cosas "maravillosas" que algunas personas han hecho, y todos los movimientos "maravillosos" realizados, se han perdido en el abismo de la "DESUNIÓN" y del protagonismo mal interpretado. Lo bien hecho por unos, se ha perdido en la más absoluta falta de creatividad de otros.
Creo y apuesto por una verdadera unión de ideas, de creatividad, de prudencia en opiniones en tan difíciles circunstancias. Creo aún en una renovación; sobre todo, del enfoque a una Tauromaquia que tiene que tener la capacidad de navegar en aguas tan turbulentas como las actuales.
Creo que tenemos la obligación de llevar al toreo al sitio que merece; y solo juntos, podremos conseguirlo.
Nos vemos el martes que hay mucho que trabajar.
"SOLO HAY ALGO MAS TRISTE QUE ESTAR SOLO: NO SABER POR QUÉ ESTAS SOLO".
SALUDOS y reitero mis respetos a todos.
Manolo Zapata
Matador de Toros
Excelente Reflexión!
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