13/4/20

Benítez: "Tengo proyectos de trabajo de agrónomo, sin tener esos estudios"

La familia completa: Leonardo Benitez, su esposa Karem González y los hijos Emmanuel y Joshua.

** Antes se toreaba para comprarle una casa a la madre; hoy la madre vende la casa, para que su hijo sea torero.

** Han cambiado muchas cosas, el verdadero enemigo está dentro ...Ante todo esto, decidí quitarme.

por: Jesús Ramírez El Tato

Una Semana Santa sin santos en procesión, ni saetas en España, ni corrida de Resurrección, ni corrida del Nazareno en Achaguas. Una Semana Santa de confinamiento con propósitos de enmienda y reflexiones, pero sin proyectos inmediatos ni planes concretos, hasta que el panorama se aclare y las cosas retornen la normalidad, si es que se puede.

Esta cuarentena nos mantiene en casa, pero siempre inquietos por el acontecer taurino que lamentablemente se está nutriendo de fatales noticias. La inquietud nos llevó a conversar, para cambiar el panorama, con un matador de toros venezolano residenciado en México, poco dado a las entrevistas pero que siempre es buena fuente para el aficionado que recuerda sus tardes de gloria y personalidad.

Nos referimos a Leonardo Benítez, ya con muchos años viviendo en México con su familia y ahora alejado del mundo taurino. El espada caraqueño inteligente y gentilmemente, ha recopilado nuestras preguntas, y a modo de interesante reflexión, nos responde de esta manera, lo hemos dejado hablar sin interrumpirle.
Agradezco esta oportunidad que me brindas Jesús, para saludar y tener contacto con la afición venezolana a la que tanto agradezco su apoyo.

Cuando se anda ya como un toro retirado de los estados de producción, es decir, sin torear, sin sentir los olés, es tremendo lo que se siente; se extraña el peso del traje de luces, se extraña el miedo que se siente al torear, extraño esas tardes de broncas, así como las de triunfo, esos aplausos, esa afición como volcán en erupción gritando ¡Torero torero¡ ¡Venezuela...Venezuela!!! . Eso se extraña mucho.

Para apartarme de los toros privaron dos cosas importantisimas: primero la palabra de Jesús, el hijo de Dios; y luego la familia, a quienes dedico la mayor parte del tiempo con el mayor gusto.

La cuarentena que acá no ha sido tan rigida, la aprovecho para estudiar la biblia, conocer mas al creador. Hay muchas personas que extrañan las cosas de Dios, porque están detrás de la fortuna, se enfocan en eso y dejan a nuestro Señor a un lado. En este momento, con casi 20 años al lado de Jesús, me han servido para meditar y agradecer el dia a dia.

Fíjate, recibi 17 cornadas, unas muy graves, volteretas fuertes, fracturas, e incontables tardes a hombros para formar mi vida de torero entre las bendiciones del Altísimo. A él le estoy agradecido por esto, por la vida y por la familia.

En el confinamiento he estado respetando las medidas sanitarias, saliendo poco; y además tengo una familia hermosa que me hace placentero el estar aqui compartiendo, dialogando y meditando en torno a las cosas de Dios.

Otra cosa, no me gusta comentar mucho, si vuelvo o no vuelvo a vestir el traje de luces, algo tan importante en mi vida; pero, lo que realmente me da temor, es no poder estar a la altura y condiciones de cuando me fui. En estos últimos años no hago ejercicios como cuando estaba activo. Solo tomo el capote y la muleta, unas dos o tres veces a la semana y me distraigo enseñando a unos aficionados prácticos y novilleros, a quienes les imparto además mis vivencias, esos comienzos duros cuando acerté el camino; en otros, tal vez me equivoqué con ese carácter férreo, agrio que muchas veces me hizo daño pero mucho bien en el ruedo.

Todas esas cosas de mas de 40 años en el mundo del toro, donde no tuve maestro real, aprendí en el camino, siempre siguiendo la liebre de manera especial, con intuición propia para aprender y llegó ese momento que con ocho o diez años de matador de toros, de repente no sabía liarme el capote de paseo para partir plaza, no sabia cómo mandarme a hacer un traje; y así tantas cosas que hay en el toro y que las aprendi preguntando a los mas veteranos; porque, lo que sí he tenido, es humildad para indagar y conocer. Antes no habían las redes sociales para ver faenas como hoy, que explican todo; yo aprendi a la antigua.

Esta semana me dió gusto atender la invitación del matador Alejandro Martínez Vertiz y su padre a su ganadería. Me echaron dos bravas vacas y me dijeron.......oye Benítez...parece que torearas todos los días. Pues me sentií a gusto, sin presión y no veas cómo disfruté.

Le doy gracias a Dios; mis hijos son de carácter y personalidad. Emmanuel, de 15 años, es encaste Parladé: con calidad, bravo desplazándose, muy claro; y luego Joshua, de ocho años, salió en Victorino: carácter fuerte, a veces se queda corto. Y bueno, con ambos estamos tomados de la mano de Dios para transmitirle esos valores, esa palabra que yo no cumplí algunas veces, pero inculcándole principios que los lleven a respetar y ser respetados, que sean valores de bien, que puedan bendecir a sus semejantes

Mira Jesús, hay quienes visten de torero y han ganado dinero a montones; otros somos toreros siempre, y vivimos soñando echar la muleta adelante, pegarle buenas tandas de derechazos largos, soñando con la puerta grande de las plazas mas importantes del mundo. Siempre soñando ser los mejores.

Yo siempre sueño,...y es lo que me peleo conmigo mismo, me digo.....Leonardo ya! ¿Por qué?.....Pues naci en una época donde habia respeto y grandeza hacia los toreros, bien fueran figuras o modestos, me acuerdo que había mínimos que los empresarios respetaban. Hoy no, porque prevalece el dicho que: Antes se hacía torero para comprarle una casa a la madre; ahora la madre vende la casa, para que su hijo se haga torero.

Han cambiado muchas cosas, el verdadero enemigo está dentro, no hay categoría, hay muchas puñaladas por la espalda, intrigas, poca hombría, y aunado que los años pasan, y luego pesan, por muchas condiciones que se tengan.

Ante todo esto, decidí quitarme. Ahora mismo tengo proyectos de trabajo de agrónomo sin tener esos estudios, pero bien asesorado y metiéndome de frente por las posibilides que hay en el campo con productos orgánicos. Poco a poco voy, sin prisa ninguna, porque como dice el dicho: La prisa es para los delincuentes y los malos toreros.

Bueno Jesús, bendiciones y un gran abrazo a la distancia, a toda la afición taurina venezolana; aquí en México sigo soñando en torero, con mi famlia, de la mano de Dios y guardando los mejores recuerdos de todos.

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