Analizando en frío, el declive del Calendario Taurino Venezolano, mermado a su máxima expresión, por la crisis económica que arrastra hacia la casi extinción a la Fiesta Brava en el país, pensando en la pérdida que ello genera, a los ganaderos de lidia que se verían en la necesidad de llevar al matadero a sus toros por los elevados costos de su crianza, el éxodo de toreros venezolanos al exterior, la subsistencia de las Escuelas Taurinas con futuro incierto, me pregunto, ¿por qué dejarla morir?.
Carajo, no es justo, que la dejemos morir.
Los aficionados, ganaderos, toreros, comunicadores taurinos, a lo largo de la historia de la Fiesta Brava en Venezuela, hemos vivido y convivido la gloria, sabores, sinsabores, verdes y amargas, a la fecha, del devenir taurino, no puede ser, que nos dejemos vencer, no luchemos a como dé lugar, para reimpulsar las Ferias Taurinas Venezolanas, sé que no está nada fácil pero esto no implica, que nos entreguemos, las dejemos morir, así como así.
Ciudades como Caracas, Maracay, Valencia, San Felipe, Achaguas, Valle de La Pascua, Maracaibo, Santa Rita, Mérida, Tovar, La Grita, Seboruco, Táriba, San Cristóbal, que tienen sobrado arraigo, pasión y afición taurina, deben dar lo mejor de sí para rescatar y relanzar, en tiempos de crisis, sus Ferias Tradicionales Taurinas, en la que ganaderos, toreros, medios de comunicación, Alcaldías, Gobernaciones, comerciantes, aficionados, pongan el todo por el todo, esfuerzo y voluntad, para no dejar morir, nuestra Fiesta Brava, factor predominante impulsador de la economía y turismo regional, lo que me lleva a preguntarme, sin que me quede nada por dentro, ¿Por qué dejarla morir? Poder es querer, lo demás es cuento y no de camino.
Carajo, no es justo, que la dejemos morir.
Los aficionados, ganaderos, toreros, comunicadores taurinos, a lo largo de la historia de la Fiesta Brava en Venezuela, hemos vivido y convivido la gloria, sabores, sinsabores, verdes y amargas, a la fecha, del devenir taurino, no puede ser, que nos dejemos vencer, no luchemos a como dé lugar, para reimpulsar las Ferias Taurinas Venezolanas, sé que no está nada fácil pero esto no implica, que nos entreguemos, las dejemos morir, así como así.
Ciudades como Caracas, Maracay, Valencia, San Felipe, Achaguas, Valle de La Pascua, Maracaibo, Santa Rita, Mérida, Tovar, La Grita, Seboruco, Táriba, San Cristóbal, que tienen sobrado arraigo, pasión y afición taurina, deben dar lo mejor de sí para rescatar y relanzar, en tiempos de crisis, sus Ferias Tradicionales Taurinas, en la que ganaderos, toreros, medios de comunicación, Alcaldías, Gobernaciones, comerciantes, aficionados, pongan el todo por el todo, esfuerzo y voluntad, para no dejar morir, nuestra Fiesta Brava, factor predominante impulsador de la economía y turismo regional, lo que me lleva a preguntarme, sin que me quede nada por dentro, ¿Por qué dejarla morir? Poder es querer, lo demás es cuento y no de camino.
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