Inexplicable la ausencia de la Comisión Taurina de Tovar, en un acto celebrado en el propio Coliseo, para apoyar a la Escuela Taurina. Foto: pinimg.com
por: Eduardo Soto Alvarez.
La verdad es que el encuentro anual de los Santana, con nuestra escuela taurina, es una práctica loable, que ahora reviste significación especial, al ser también los empresarios de la Feria.
Qué bueno hubiera sido si, esta vez, la iniciativa hubiese contado con participación de la Comisión Taurina, pues se hubiera sentado un precedente, que puede ser de utilidad en el futuro.
Desconozco si la asistencia es por invitación o hay puerta franca, pero sería insólito que no se hubiese invitado a la CT e inexplicable su ausencia, en un acto celebrado en el propio Coliseo, para apoyar a la Escuela Taurina de Tovar, como debiera llamarse, sin ínfulas en su nombre, ni prematuros desbordes de paisanaje.
Por otra parte, se debiera dar a conocer mejor la normativa taurina vigente en nuestra plaza, pues es el eje para coordinar los distintos sectores involucrados y propiciar el resultado armónico del conjunto.
Qué bueno sería además, si se pudiera publicar de antemano el peso y capa de los bureles a lidiar y una breve información sobre los matadores actuantes, para familiarizar al público con el espectáculo.
Qué bueno sería también, si se dejara de utilizar las arenas del Coliseo, para distintos actos previos a la corrida o, al menos, que su celebración se programe de tal manera, que no retrase la hora inicial del festejo, pues entonces tiene que celebrarse, en buena parte, con luz artificial, lo que no contribuye a su lucimiento.
Asimismo, qué bueno sería evitar la presencia en el ruedo, salvo casos de fuerza mayor, de gente que no tiene que ver directamente con la lidia, aun cuando se le haya brindado un toro. La transgresión de esta sana práctica, sin haber finalizado la corrida, ha dado lugar a situaciones por demás bochornosas.
Qué bueno sería para todos, si pudiera establecerse un plan de trabajo, que potencie las acciones individuales o al menos acompasarlas, en especial, en materia de pedagogía taurina, pero estos ejercicios nunca han adquirido la deseable regularidad.
He procedido a adelantar estos comentario preliminares, pues estimo que, a pesar de la difícil coyuntura, existen circunstancias que permiten avizorar tiempos mejores, en el acontecer taurino tovareño.
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