Maestranza de Maracay, Plaza Cèsar Girón, en situación de abandono y sin esperanza de rescatarla. Foto: Federico Montes
por: José León
CUANDO SE CIERRA UNA PLAZA
"Cuando se cierra una plaza
y allí ya no se torea,
se vuelve un triste escenario
y empieza a crecer la hierba.
Cuando cría la verdina
y se pudren las barreras,
y se oxidan las barandas
y se despintan las rejas.
Se endurecen los cerrojos
y hasta parece que muera,
y gana la intolerancia
y siempre pierde la Fiesta.
Cuando se pierde un encaste
se pierde aquella leyenda,
se comete una barbarie
contra la naturaleza.
Peligra la ecología
y agoniza la dehesa.
Y quién querrá mas a un toro
que el que tiene la grandeza
de aguantarlos en el campo
a que cumplan cuatro hierbas.
El toro tiene un destino
que se llama sol y arena.
No es carne de matadero
de una puntilla certera,
de manos de un matarife
como si fuera ternera.
Se enfrenta al oro y la plata
hasta el fin de la pelea.
La Fiesta se hace grandiosa
y el que quiera, que lo entienda.
Soy taurino señores,
y es que lo llevo en las venas
y solo pido respeto,
no espero que me comprendan.
Cultura es la tauromaquia,
historia viva es la Fiesta.
El arte aquí se engrandece
y hay gente que esto le pesa.
Es lienzo para pintores
y verso de este poeta.
Mientras haya un toro bravo
y una templada muleta,
los toros serán emblema
para orgullo de mi tierra"
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