Sábado 18 de Mayo en San Cristóbal


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Escuela Taurina César Faraco: Plaza Monumental, Pueblo Nuevo  
Restaurante Miura: Calle 18 con carr. 20, San Cristóbal 
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2/1/19

Legislación del espectáculo taurino evitaría transgredir la Cultura y Tradición

La Fiesta continúa bajo amenaza. Parte 2 de 2 Imagen: taurologia.com


por: Juan Enrique Carrero Flores

En la entrega anterior comentamos sobre cómo los movimientos animalistas han generado leyes dirigidas a la protección de los "Derechos" de los animales.

Ahora preocupa que hay una sensación inquietante, porque se considera que se van a atacar principios bien compartidos de nuestra Cultura y Tradición, por ejemplo, que se le piensa hacer daño a los Ganaderos, especialistas en reses de Lidia.

Y, ese es un Escenario para el análisis, suponemos que los empresarios de ese esforzado sector están preparados para iniciar su defensa, exponer motivos. Y si surge un segundo escenario, que consiste en acatar las nuevas disposiciones, bajo su sapiencia profesional y asesoría, tendrán que formular estrategias, que hasta pudieran conducirlos a una mejoría no imaginada hasta ahora en sus rendimientos, porque probablemente mucho espectador, amante del arte torero, que se retiró de los cosos taurinos, porque bajo su particular manera de enfocar el espectáculo pensó que, el hombre ofendía a un ser irracional hiriéndolo, acosándolo.

Al notar cambios obligados por una nueva Ley, pueda ser posible que sus escrúpulos queden a un lado y vuelva a la taquilla, a sabiendas que lo que va a presenciar en la arena es una lucha artística entre un irracional y un ser racional, sin ventajas ni trampas. Donde el toro de lidia, sin mermarle sus facultades, sale a la arena con sus cuernos y condiciones perfectas.

Que ya no existe esa vil estratagema de manipular los cachos del toro o del novillo, para que se pierda el sentido de la distancia y no alcance el cuerpo del lidiador, muchas veces incompetente, un “relleno”, sin cartel, que cobra muy barato y que a la hora de la verdad ha de causar el mayor daño al burel, que en justicia nunca mereció tan bárbaro trato.

Los no taurios sienten como lógico pedir una ley protectora de las especies animales, dicen ellos que, han visto y leído sobre las muchas formas como se le va bajando el poder a los toros de lidia. Ponen como ejemplo una obra” Muerte en la Tarde”, que todos los aficionados a las corridas deberían leer, escrito por Ernest Hemingway, donde relata lo que personalmente viviò y calificó como maniobras fraudulentas, viles, engañosas, que perjudican al espectador, que paga para ver un festejo en todo su esplendor. Y, no un mundillo de trampas innecesarias.

Habla de plazas españolas, no se refiere a San Cristóbal o Táriba, o a tantas plazas que existen en nuestro medio, como posiblemente no las hay en otros lugares del mundo, porque el Táchira siempre se ha distinguido por contar en millardos los conocedores de la Fiesta Brava. Si alguien se considera que es el único que lo sabe todo, en cuanto a la Fiesta de la Seda, la Sangre y el Sol, está muy equivocado. Nuestro pueblo tiene una tradición y hermosa, aquí se presentan espectáculos que otros lugares con mayor poder económico, nunca han podido cartelizar.

Es atinado testimoniar que, los ganaderos, que con tanto empeño y riesgo financiero dedican cinco años para criar un ejemplar digno, no permiten que sus bureles sean pasados por el Salón de Afeitado y otros servicios estéticos, ni incumplen las normas de presentaciòn y peso de cada ejemplar. Su diligencia ha sido una característica que los enorgullece, y cuando un apoderado hace exigencias innobles no pueden aceptarlas.

Dicen que los Ganaderos obtienen grandes beneficios económicos, eso es bueno, motivador, introduce coraje para constituirse en el mayor defensor del astado, puesto que, mucho hace para criarlo y formarlo bajo las condiciones que amerita, para que la Comisión Taurina pueda decirle que cumple con todas las de ley. Estos terremotos, que de pronto llegan, sirven para despertar el entendimiento y acabar con lo rutinario y vicioso, de manera que se le ofrezca un mejor trato al Espectador, merecedor de satisfacción acorde con sus expectativas y que no se le venda un producto fraudulento.

Los Toreros deben cobrar con justicia, como verdaderos profesionales educados en Escuela Taurina, como la nuestra, llevada por profesionales exitosos y por muchos amigos que regalan su tiempo precioso como orientadores de los jóvenes y niños que allí estudian, para formarlos como toreros y como gente. Aquí se evita lanzar al mercado de trabajo al muchacho que aun no està en forma, porque luego de mucho rogar pidiendo oportunidades, ponen en juego su vida e introducen en su espìritu frustración.

A veces consiguen alguien que les engañe diciéndoles que estuvieron de maravilla, en una pésima actuación, así hacen pavonearse a un principiante, que con mínimas técnicas y poca práctica, porque no son abundantes los festejos. La profesión del torero es exigente, no solo es intrepidez, si no se sigue estudiando y practicando, es probable que nunca salgan del montón.

La propuesta de una nueva legislación para regir el espectáculo taurino debe evitar transgredir la Cultura y Tradición de tantos siglos. El Béisbol tiene reglas de juego, de la misma manera que el fútbol, o el ajedrez, que si se cambian rompen la fòrmula original, habría que rebautizar, pero eso nunca se hará con los deportes y tampoco con las corridas de toros, que tienen formalidad jurídica.

Si no hay un buen monitoreo de las intenciones del sector que desprecia las corridas de toros habrà cambios en la producción ganadera de lidia, lo que no es muy fácil hacer, porque ese es un mundo muy especializado de la ciencia veterinaria y de sus propios expertos; en todo es diferente a otras especies de su misma tipología, exige mayores cuidados, más eficiencia, capacidades y dedicación.

Si una Ley dice que no hay roseta, arponcillo de la divisa, ni garapullos, no se utiliza a los Varilargueros, y la toledana se queda en sus estuches, todo cambió, los programas ya no pueden llamar a la Fiesta Española. La corriente que exige una nueva ley taurina piensa que los espectadores salen ganando si se eliminan algunos pasos de las suertes.

Adornos vistosos, que siempre han sido parte de los festejos, porque –dicen ellos- que quien va al ruedo bajo las nuevas condiciones, a lidiar un toro íntegro, tiene que ser experto, profesional, maestro en el arte, que enfrente con valor a un enemigo peligroso.
Pronostican un mejor juego con el Percal de Lances, para salirse de lo común, de lo repetitivo, mostrar capacidades y habilidades. Continuaría el lucimiento con la Muleta, que tanto gusta a los aficionados, exponiendo su vida, enseñando que la Fiesta Brava es un hermoso arte, donde existe inmensidad de lances y pases, que, desde los clásicos, ya están inmortalizados.

Los pocos enemigos de la Tauromaquia exponen que, con los cambios se beneficiaría el Ganadero y el Empresario, porque en las escalinatas de albergue al público, ya no van a quedar puestos desocupados. Esa es una manera libre de pensar, sería cosa de discutirla amigablemente, como deben ser las negociaciones de todo tipo, pero no hacerlo con una ligereza que puede conducir a graves equivocaciones.

Como resultado inmediato a los cambios habría necesidad de formar una nueva tipología de toro, mientras se llega al burel mecànico. Y capacitar un nuevo modelo de torero, lidiador cien por ciento, pero con menos oportunidades para pisar otras plazas donde la fiesta brava continúe bajo el mantón de la originalidad. Seguirà teniendo un apoderado que lo representa y le sirve de maestro después de graduado en la escuela taurina, donde la universidad de la vida le va dando nuevas tècnicas, que deben llegar a muy temprana hora, porque el ciclo de vida de los lidiadores es cortísimo.

Un torero a los treinta años va quedando fuera de escenario, aunque existan paradigmas que digan lo contrario. Hay que recordar que estos jóvenes deben cumplir, para tomar su Alternativa, con bastantes novilladas limpias y luego otras tantas con picadores, lo que ahora desaparecería, porque la Vara por ley, dizque no volverá.

Copiosos oficios se realizan en el momento del espectáculo, antes de clarines y timbales y al final de la corrida. Con nueva ley taurina se cierran puestos de trabajo, lo que resulta doloroso. Otros, seguirán vigentes: Veterinarios, médicos de plaza, capellanìa, carpinteros, areneros, torileros, alguacilillos, músicos, mozos de aperos (Ya no de espada), peones de cuadrilla, acomodadores en los tendidos, porteros, fiscales, taquilleros y seguridad.

El Remedo de Fiesta Brava no deja de ser semillero de ocupaciones. Ahí està el mérito más grande que tiene una figura que gana o pierde con su inversión, que trabaja duro al enfrentarse a tanta barrera que encuentra en su camino. Si una corrida no es agradable a los aficionados, lo hostigan, se le intima de mala manera y se le culpa de todo defecto. Pero ese señor, el Empresario, debe trazar nuevas estrategias para pasar, sin achicarse, a hacer los ajustes gerenciales que correspondan, cuando la presión del entorno es inclemente.


Si actualiza, transformará amenazas en oportunidades. Será cuestión de contratar asesoramiento, utilizar el Staff, acudir a los Mercadólogos, aplicar la Investigación y Desarrollo con todas sus capacidades creativas para un nuevo posicionamiento psicológico.

Manejar los negocios como debe ser en todo el mundo, sin improvisaciones, planificando cada paso, incluyendo lo que se relaciona con la acción publicitaria y actividades promocionales, que no lo son todo, como muchas veces se ha creído. Tampoco es cuestión de cerrar los brazos y decir, hasta aquí llegamos. Hay que enfrentar la realidad.

No se crea que la borrasca ya desapareció, hay quienes auguran que el cambio marcha, que no tiene paso atrás. Pero a manera de alivio dicen que las gradas de las plazas de toros albergarán màs aficionados, gente que no quiere un nuevo circo romano, ni macabros espectáculos donde corre la sangre a montones, bajo el aplauso de una concurrencia que pierde el sentido de piedad y se deja llevar por el impulso psicológico de las masas curdas por las emociones.

Aseguran, que ya no será como ahora, cuando se olvida el respeto a otros espectadores y a la autoridad del espectáculo, que es la honorable Comisión Taurina, que, por cierto, va llevada por personas de sano juicio, amor al arte y entrega sin límites, sin cobrar ni un solo centavo. No se necesita ser iluminado para vaticinar lo que pudiera avecinarse, vivimos una Coyuntura económica difícil, sabemos que el porvenir presenta aspectos funestos que contrarían la raíz de las corridas de toros.

Entonces, como empresarios, como ganaderos, como toreros, como trabajadores en todos los servicios de la Fiesta Brava, hay que medir Pontencialidades, Debilidades, Oportunidades y Fortalezas. Decía la gente muchos años atrás, que de lo malo algo bueno queda. Hay que aceptar que quienes condenan el espectáculo taurino, desean darle un cambio traumàtico para ultimar su esencia, pero no son extremistas, ni de mente cerrada, es gente culta, con inquietudes.

Lo que importa ahora es abrir una comunicaciòn efectiva con los Defensores de los Animales para llegar a un entendimiento. A lo mejor la exigencia es darle a cada actor un trato justo, al toro proveerle mayores cuidados, respetarle el derecho total a su defensa, para que asì pueda salir airoso en un rol que nunca aprendió en ninguna escuela, pero que embiste por naturaleza e instinto de sobrevivencia y por ser un animal nacido y criado para la lidia, con sus caracteres morfológicos, linaje, bravura, antecedentes sanguíneos, estampa y condiciones salvajes y situacionales. Las circunstancias preocupan a los comunicadores sociales, locutores, periodistas, cronistas, porque muchas cosas distintas pueden suceder en el novedoso Escenario.

Mientras tanto, se seguirá cumpliendo los fines con el mismo interés y responsabilidad, porque la Fiesta Brava no cierra el portón grande para siempre, aunque hay una intranquilidad concreta. El pasado es sueño, el presente una pesadilla, con solo uno o dos espectáculos en programación no llamativa, en la que ya no se podrá describir en la crónica, en la radio o la televisión, la herida causada con el arponcillo de la divisa en el cuerpo de la res, ni el avivamiento de las Banderillas en sus carnes, ni la insustituible Garrocha.

A lo mejor, tomará màs importancia la ceremonia del Paseíllo; la suerte de Capa pudiera ser màs meritoria, de adorno, diversificación, creatividad y exposición. En la alucinación, cada lance tendría la marca del lidiador fenomenal, que hace nueva carrera. Podría pensarse que se acabó el tiempo para espontáneos.

Habrá que acariciar el arte, marcando la plasticidad que impresiona en el manejo del percal. Tendría espacio privativo el detalle del cambio de la tela gruesa por la fina de la muleta para crear esos pases que han inmortalizado a los grandes toreros, de variado repertorio y vistosas inventivas. Suerte que a veces lleva tan alto el nivel de la excitación, que haría que los espectadores resignados acepten la moderna matriz de la corrida de los toros. El decir es que, las graderías casi desocupadas una y otra tarde, porque la gente espantada de tanto martirio al animar ya no quería asistir, si el cambio se produce volverían los llenos que hicieron historia.

Decimos nosotros, ¿es que los festejos taurinos se volvieron rutinarios? Ellos, quienes piden una nueva ley, lo ven de esa manera, quieren introducir novedades al espectáculo, que se haga un trabajo más fino, de calidad, correcto, honesto y todos los intereses salgan ganando. Es cierto que todo cambio es razonable y excelente cuando propone el aprendizaje y la mejora continua hacia lo más actualizado. Pero…ojo, el espectáculo taurino va a exigir puestos de Investigación y Desarrollo para darle variedad y consistencia a cada programación.

Necesitará mercadólogos para saber ganarse el posicionamiento dentro del mercado, al que tocará darle atención en el futuro, para que los espectadores reciban lo que se les promete y lo que ellos mismos diseñen. Por eso el progreso llama en lo taurino hacia la Administraciòn Estratègica. Sin Investigación y Desarrollo y sin Mercadotecnia no hay empresario que pueda salir a flote, porque si ahora hay serias exigencias, también se entra a la mayor complejidad de las respuestas.

Ojalá y sepamos entender el escenario ubicado frente a nuestros ojos. Con dos enfoques, el nuestro, quienes amamos la fiesta brava y el punto de vista de los defensores de los animales. Deben realizarse conversaciones entre unos y otros, la verdad està repartida, no somos infalibles, porque ese Don no se nos ha dado, por lo tanto, ustedes los lectores tambièn deben opinar, en democracia no hay por qué quedarse silencioso. Digan, participen, compartan, expongan.

Si el temporal sigue vigente, quienes tienen la obligación de dar la lucha con profundidad, defendiendo sus intereses, que salgan al escenario para convencer al aficionado. Le presenten su estrategia y digan cual serà su comportamiento frente a los factores ambientales que arden para despertar y hacer proactivos a los empresarios taurinos de ahora.

Mientras eso no suceda reina la intranquilidad en la fidelidad de los que pagan para vivir lo mejor que exista. Los reverentes, saben que lo que se ha venido encima, en algún momento cambiará toda la programación, por siglos vivida al pie de la letra, como hermoso ritual de alegrías que se van quedando florecientes en las retinas de millones de personas que en el mundo consiguen en la Fiesta Española motivo de diversión, al que tienen derecho.

Aspiramos a una fiesta sin remiendos, dentro de la pureza que los sabios de un reino europeo que se entroncaron con nosotros nos dejaron como herencia intocable. Lo importante es que se anuncie con trompetas, que la alegría de la corrida de toros seguirá viva y esplendorosa. Abrazando las expectativas de cada Feria pueblerina y de las más postineras, como la de San Sebastián, que tanto nos anima y queremos.

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