29/11/18

Kike Rosales: San Cristóbal Andina tatuada en el corazón

Imagino que él donde quiera que esté, abogará para que se celebre la novillada... Foto: torosenelmundo.com

por: Víctor Ramírez “Vitico”

La pasión con la que Kike Rosales vivía la Feria de San Sebastián en su ciudad de San Cristóbal no tiene comparación con nada. Casi que terminando una, él ya pensaba en la del año siguiente, y durante los largos meses de sequía taurina, Kike seguía allá por donde iba hablando de su feria, y de esa ciudad a la que amó como creo que pocos pueden llegar a hacerlo. El orgullo por su pueblo y sus gentes lo llevaba como bandera, así como ese pellizco en el alma cuando escuchaba las notas de San Cristóbal Andina rasgando el aire de la monumental de Pueblo Nuevo, esa que siempre dijo fue el trampolín junto con la feria para que su ciudad creciera.

Kike era un aficionado de verdad, severo y exigente, pero nada ostentoso, conocía de toros y toreros, luchaba por los venezolanos como ninguno, al punto que más de un torero casi que toreaba la feria por su abnegada defensa. Su recia voz, su talento único marcaba todos los años a San Sebastián.

Ahora cuando ya emprendió el paseíllo celestial, su feria como no podía ser menos y gracias a la sensibilidad de los organizadores va en su honor. También imagino que él donde quiera que esté, abogará para que se celebre la novillada, no en vano si alguien luchó por los festejos menores fue Kike.

Amigo como pocos, daba literalmente la vida por quien pertenecía a sus afectos, ya que una vez que entregaba su amor, no tenía límites. Seguramente cuando suene en enero San Cristóbal Andina, esa que él llevaba tatuada en el corazón, se nos humedecerán los ojos, y él desde el cielo nos dirá con su inconfundible acento: “Ve que sí se podía” …

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