por: Giovanni Cegarra
No es fácil escribir para reseñar la partida de un amigo, las palabras no llegan como uno quisiera, es lo que hoy sentimos al tener que anunciar el viaje al Reino Celestial de Jesús Fernández Mosquera El Gordo Chipen como le llamábamos de vez en cuando y la conversa con él lo permitiera, ya que el respeto que reflejaba era de gran ejemplo.
Taurino como muy pocos, sencillo, respetuoso en todo el sentido de la palabra, nos deja Jesús de la noche a la mañana, agarró maletas y se nos fue al descanso celestial, dejando un gran vacío entre quienes tuvimos el inmenso honor de conocerle, compartir las buenas y las malas del mundo del toro, turístico, gastronómico.
A más ver Jesús, descansa en la gloria del Todopoderoso.
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