A propósito el Venezolano Manolo Muñoz, líder del escalafón en Perú, sus 30 corridas de toros, 34 orejas, tres indultos y otras en agenda Foto: Facebook
** Triunfos que le dan el suficiente aval para alzar su voz en pos de un cupo en San Cristóbal, Mérida, Maracay, Tovar…
Imagino la nostalgia que sentirá Manolo Muñoz al ver cómo la plaza donde Leonardo Benítez le apadrinó hace siete años hoy esta clausurada (Valencia, Carabobo); también imagino la tristeza que sentirá al ver anunciados con la alharaca de siempre a los melés y a peles.
Ya son varios los años de aquellas pomposas Ferias del Socorro en Valencia, con cuatro o más corridas, con un José Tomas, los Ponce, El Juli, los Morante, Los Escribano, El Fandi, Castella; toreros de la región tomando la alternativa, con un recordado Bernardo Valencia y Leonardo Benítez como nuestros máximos exponentes; dólares “fáciles” para pagar honorarios “infla-mados”
Imaginar al empresario para aquel entonces saltando de orgullo diciendo que la Feria gozaba de una buena salud, sin saber que días después la política cancerosa que se había camuflado entre sus hijos daba el puntillazo, cerrando toda posibilidad de volver a montar la Feria con sus corridas de toros.
Experiencias que de nada valieron, sin aquellos “reales facilones” hoy seguimos dando tumbos y bandazos.
La imaginación, ingenio e inventiva de aquel Pepe Vilma, Fernando Herrera, los Salvador “Loco Muñoz” y su socio Gustavo Pedroza “Cacha Floja” o un Naudys Yuztis y otros soñadores de ogaño, que sin recursos económicos, eran capaces de montar la plaza y toros en la mismísima Miraflores. Enseñanzas poco o nada asimiladas.
El Torero de Valencia Manolo Muñoz, como otros venezolanos siguiendo pasos de un Curro Zambrano, Jesús Colombo -y otros mucho antes- han tomado para sí a la mayor reserva del mundo en cuanto al toro se refiere como es el Perú para formarse y crecer como toreros.
Desde suelo incaico con la humildad que le caracteriza e irreverente, el nieto del “Loco Muñoz” e hijo del banderillero Enrique Muñoz, pide paso, reclama puestos, no solo para él, también para sus compañeros, sus 30 corridas de toros, 34 orejas y tres indultos y otras en agenda, es de imaginar que le dan el suficiente aval para alzar su voz.
Mientras tanto imaginemos ferias con empresarios ingeniosos, creativos, imaginativos, que apuesten por lo nuestro; imaginar un nuevo amanecer; pensar que todo ha sido una pesadilla y porque no imaginar que de un soplo todo aquello que cantamos en las plazas de toros a lo largo de 17 años, se haga realidad… y va caer y va caer… imagina la Venezuela que todos queremos…
…Puedes decir que soy un soñador,
pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros,
y el mundo será uno solo.
Imagina J. Lennon
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