por: Giovanni Cegarra
No consigo palabras para expresar el sentimiento que me embarga esta noche del Miércoles Santo, tras enterarme que el hermano taurino, colega, paisano tachirense Kike Rosales, nos ha dejado porque el destino le ha marcado viaje al Reino Celestial.
Amigo incondicional, hombre íntegro, ejemplar como su extinto Padre, qué decir y no decir de Kike, colega locutor, narrador, comentarista taurino deportivo, pero por encima de todo, gran compañero de lides en las buenas y en las malas, de un verbo de respeto, admiración, consideración, luchador por nuestra Fiesta Brava y por la Venezuela que todos queremos. Hoy nos deja sorpresivamente para cumplir labores profesionales en el Reino Celestial, guiarnos espiritualmente desde allí, en estos tiempos difíciles que debemos afrontar todos, de una manera u otra.
Cuesta, ruedan lágrimas resentidas ante esta inesperada e inoportuna partida de Kike Rosales, vaya cornada nos ha pegado hoy la vida, que nos costará superar porque se nos ha ido un gran hermano taurino, Dios le tenga en su Santa Gloria.
Va por tí Kike, un trago espirituoso en todo lo alto, como los que siempre te gustó saborear, con Dios y olé.
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