4/12/17

¿Un acto de heroísmo…?

Si se cierra la Plaza de toros de Pueblo Nuevo, no habrá esperanzas de salvar las corridas de toros

por: Kike Rosales

La actualidad de los toros en el país es quizá la más difícil que ha sucedido a lo largo de la historia de la tauromaquia; organizar festejos se ha convertido en una penuria, en vez de un jolgorio; la indetenible subida del dólar pone en ascuas las corridas.

En un lugar donde se hace difícil conseguir alimentos, medicinas o echar gasolina, hablar en estos momentos de ferias y corridas pareciera estar fuera de contexto, el común, (el de “a pie”) está más preocupado en poder conseguir remedios para la tensión, cauchos para el carro, harina, carne, pollo (que no se encuentran) y no enfermarse, porque ir a un hospital público es un drama casi tan igual que asistir a uno privado, porque pocos insumos y medicamentos tienen.

Se acerca la primera feria de la temporada taurina venezolana, la de San Sebastián, y en una región castigada (el Táchira) más que muchas otras con las penurias sociales viendo el deterioro de la calidad de vida de sus habitantes, se piensa que organizar las corridas o la misma Feria tradicional del mes de enero, es algo más que difícil en estos tiempos.

Las dificultades están para enfrentarlas y eso es lo que vemos ante una hiperinflación tan brutal que rompe el bolsillo de cualquiera; sin embargo, a pesar de todo esto, se espera que se organice la Feria de San Sebastián 2018, en su parte taurina.

Eso, más allá de un acto de soberbia, se vuelve un compromiso; porque no efectuarla en estos casos, significaría el cierre de la misma.

Y con ello, sería el cierre de la plaza de toros Monumental de Pueblo Nuevo, pues lo que la mantiene, es el alquiler de las instalaciones para espectáculos; la empresa administradora de este coso no tiene dinero; además, ha sido víctima de un robo absoluto: se llevaron desde las computadoras hasta el “Pinolín” y tienen el deber de organizar las corridas de 2018.

Se han anunciado varios nombres para hacer el paseíllo en la arena de Pueblo Nuevo; hasta la fecha de estas líneas, todavía no se anuncian carteles, suponemos que es por lo de la subida del dólar.

Es simple, cuando arreglaron con los coletas estaba a un precio y hoy está en uno impagable, es fácil la operación para caer en la cuenta de ello: Multiplique diez por cien mil y así hablamos “en plata blanca”.

Existe entonces el deber de luchar para no bajar la santa maría de una plaza que es icono en lo taurino; podría ser como un efecto dominó en una actividad que está sufriendo en la actualidad “una cornada de caballo” y tiene referencias muy claras: Caracas; Valencia y Maracay se cerraron… y no se ve que se puedan volver abrir.

Lógicamente, dar las corridas en San Cristóbal no sería el remedio para la dura situación que vivimos; no se reducirían las colas de hasta siete horas que se han tenido que hacer que echar gasolina, tampoco bajarían los precios de la comida, ni nos llevaría a conseguir medicinas.

Lo que pasa es que todos esperamos que esto no dure mucho tiempo, que aparezca la posibilidad de solucionarlos. Los expertos dicen que una hiperinflación obliga a tomar medidas económicas para salvar un país -aunque no se ven- esa es la esperanza que tenemos que podamos salir de este marasmo tan terrible en que nos han metido. Es decir, existe una esperanza, pero si se cierra Pueblo Nuevo no habrá esperanzas de salvar las corridas de toros; por eso es que ante tantas cosas cabe la pregunta: Hacerlo…será un acto de heroísmo?

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